Menestra suprema de verduras

Con gusto vamos a presentar uno de los platos más colorista, saludable y fácil de preparar de la gastronomía popular. Tal vez sea una de las recetas que más nos ofrezca toda una serie de posibilidades a la hora de escoger los ingredientes con los que vamos a elaborarla. Podemos hacerla completamente vegetariana con las verduras y hortalizas de la huerta, de temporada y de proximidad, seleccionando aquellas que más nos gusten. Sean cual sean las que utilicemos, nos quedará una receta nutritiva, muy saludable por su aporte de minerales, vitaminas y fibra.

Un plato que mezcla verduras y hortalizas y que por tanto, podemos decir que era conocido y elaborado de forma muy habitual al estar al alcance de las economías que podían disponer de estos productos en los huertos familiares. Plato que se enriquecía mezclándolo con legumbres y embutidos procedentes de la matanza del cerdo.

Se encuentra en las cocinas regionales como una receta asociada a los productos de huerta, lo que ha dado lugar a variedades diferentes según el territorio, así en nuestro país existen menestras con nombre propio: menestra murciana, castellana, andaluza o menestras de la Ribera del Ebro. De este último grupo es muy popular la menestra tudelana que responde a unos criterios un tanto más estrictos, al estar hecha solo con 4 ingredientes muy estacionales: alcachofas, espárragos, guisantes y habas. En la variedad andaluza se introduce el huevo, guisándolo en la última cocción del plato y también se complementa con langostinos.

Nuestra receta la vamos a realizar con diferentes verduras, todas ellas las podemos encontrar en el mercado con la garantía y calidad de los productos frescos. Procuraremos que sean productos de temporada, tal como se aconseja en la cocina sostenible. Muchos de estos productos, en su origen llegaron de lugares muy lejanos, pero pronto se incorporaron a la cocina occidental y ahora constituyen la base de numerosos platos, por tanto, la menestra tiene categoría de plato internacional.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

500 g de judías verdes

300 g de guisantes

5 – 6 alcachofas

1 coliflor

1 cebolla blanca o de Figueres

3 zanahorias

4 patatas

2 ajos

125 g de chorizo

Aceite de oliva virgen

Sal, pimienta

1 rama de apio

1 taza de caldo de verduras. Utilizaremos el caldo de hervir las verduras.

 

ELABORACIÓN

Hervimos por separado las judías troceadas, los guisantes y las patatas enteras con la piel. Reservamos. Guardamos el caldo de las verduras.

Lavamos las alcachofas previamente cortadas en cuatro trozos y las salteamos en una paella hasta que estén más o menos al dente. Aparte salteamos la coliflor cortada con cuidado para que no se deshaga.

Pocharemos la cebolla, y las zanahorias cortadas a gusto. Retiramos y en ese mismo aceite, salteamos el chorizo cortado y los ajos finamente picados.

Pelamos las patatas y las cortamos a tacos no muy pequeños

En un recipiente grande ponemos todos los ingredientes, echamos el caldo y mezclamos todo a fuego lento durante 2-3 minutos. Salpimentamos y finalmente, adornamos el plato con la frescura y el sabor del apio. Podemos servir en el mismo recipiente.

También se suelen añadir 1-2 huevos duros para que quede como plato único.

Dentro de las muchas formas de preparar la menestra, esta nos ha parecido sencilla y rápida. Si se prefiere y se dispone de más tiempo, la coliflor y las alcachofas se pueden añadir fritas rebozadas con huevo y harina, una vez estén a punto los demás ingredientes.

¡BUEN APETITO!

 

Salteado de tiras de pollo con verduras

Encontramos en esta carne un mundo de posibilidades para incorporarla a nuestros menús, de hecho, es una de las más consumidas en nuestro país durante todo el año y en recetas anteriores hemos destacado su papel tan valioso como gran aliado para nuestra alimentación, por su precio y la facilidad de poder encontrarla en los mercados de proximidad. Este elevado consumo, a veces ha provocado lo que los productores de este tipo de carne, han llamado “su banalización” refiriéndose a las fluctuaciones a la baja de los precios, en ocasiones, por debajo de los costes de producción, y también la competencia provocada por las importaciones que hacen necesario poner en valor este producto.

La importancia del sector avícola en nuestro país constituye uno de los puntales de la producción final agraria y ha dado lugar a toda una geografía de explotaciones distribuidas por todo el territorio, centrando su mayor concentración en Catalunya, Andalucía, Galicia y La Comunidad Valenciana.

Ave que llegó del continente asiático, donde fue domesticada en época Neolítica, según demuestran datos arqueológicos y que en muchas sociedades pasó a ser un símbolo con connotaciones culturales y religiosas.

Durante algún tiempo su carne fue poco apreciada, ya que se valoraba más otro tipo de aves de caza como el faisán y la perdiz, pero fue ganando terreno por la facilidad de su cría como animal doméstico y lo que representaba en las economías familiares, dado su aporte en carne y huevos.

Su carne blanca y ligera, con poca grasa, fácil de digerir, la hace muy recomendable en todas las dietas. De gran valor nutricional, contiene vitaminas, minerales y proteínas de alta calidad.

Existen muchas variedades, prácticamente podemos decir que tienen un alto grado de especialización geográfica, ya que la mayoría de países tienen sus propias razas. En el nuestro, los pollos de corral o campero, se destacan por su carne más sabrosa.

La receta de hoy, la elaboraremos con 4 pechugas de  pollo que habremos comprado en nuestro mercado de confianza que nos puede dar información sobre procedencia, calidad y sostenibilidad en la cría de estas aves. Podemos pedir que nos las corten a tiras, del grosor que sea más de nuestro agrado, o bien cortarlas al momento de hacer la preparación.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

4 Pechugas enteras

Pimentón

Pimienta

2 Ajos

Aceite de oliva virgen

Sal

 

PARA LA GUARNICIÓN DE VERDURAS

1 Calabacín

1 Cebolla blanca o de Figueres

1 Pimiento rojo, 1 pimiento verde

2 Zanahorias

Media coliflor

Una rama de apio

 

PREPARACIÓN

En un bol ponemos a macerar las pechugas cortadas a tiras con aceite, sal, pimienta blanca molida, pimentón y los ajos cortados finos. Reservamos en el frigorífico durante unas 2 horas.

Cortamos las verduras a taquitos o en Juliana, y la coliflor en trozos medianos para que no se deshaga. En una paella salteamos las tiras de pollo hasta que cojan un bonito color dorado, retiramos y reservamos a la temperatura que deseemos al momento de consumirlas. En el mismo aceite salteamos las verduras por separado: pimientos y cebolla juntos, el calabacín y las zanahorias y por último la coliflor. En la misma bandeja donde sirvamos las tiras de pollo, ponemos las verduras  a un lado o alrededor de la carne. Picamos la rama de apio y la distribuimos por toda la superficie del plato. ¡Y ya está listo!

Sencillo, apetitoso, saludable…

¡BUEN APETITO!

 

Hamburguesa vegana de garbanzos y coliflor

Con esta receta nos vamos a aproximar a una cocina que se aparta del mundo alimentario tradicional para introducir un modo diferente de ver los alimentos que consumimos. La comida vegana se dio a conocer a mediados del siglo pasado a través de la difusión realizada por la mente vegana que la creó: Donald Watson, un vegano convencido que ideó los principios de lo que más tarde pasaría a ser, no solo, una manera de alimentarse, sino que tomaría carácter de aportación social y modo de vida que defiende conceptos éticos humanísticos y que ha ido generando cada vez más adeptos.

El veganismo, como conocemos, excluye cualquier producto comestible que proceda de los animales y se basa en elaborar una dieta muy baja en grasas, en la que las legumbres, los frutos secos, las semillas, las verduras y las frutas constituyen los aportes alimentarios básicos que en cierto modo, nos transmiten aires de raíces orientales. La comida vegana, en la actualidad, da respuesta a una demanda cada vez más numerosa y ha creado un mercado ecológico, sostenible y de proximidad con alimentos preparados, muchas veces de forma artesanal, y con un gran respeto hacia el medio ambiente.

Nos puede parecer una forma novedosa de alimentación, pero ya se conocía en la antigüedad, y no nos sorprende, pues el mundo antiguo nos ha dejado un legado de recetas y fórmulas que seguimos utilizando.

Ya hemos mencionado los productos básicos sobre los que se sustenta esta dieta, y posiblemente hemos pensado, que sí, que son variados y muy saludables, pero debemos también tener en cuenta que no sustituyen completamente a todos los nutrientes de la pirámide alimentaria, por tanto, conviene reponer la escasez de algunas vitaminas, proteínas y minerales con aportes que completen ese tipo de nutrientes, y tal vez, si decidimos pasarnos al veganismo, consultar con nutricionistas expertos.

En nuestro país, la llegada de la cultura vegana parece ser que llegó a finales del siglo pasado, a través del conocimiento de su significado y su diferenciación con lo vegetariano aunque comparta algunas características, de hecho muchos estudios la contemplan como una evolución más estricta de las ideas vegetarianas.

Como alternativa y en cualquier caso, no es necesario reducir hasta el extremo nuestra alimentación, una dieta como la mediterránea equilibra nuestros parámetros de vida saludable.

Vamos pues a ver qué tal nos queda una rica y saludable hamburguesa vegana, y escogemos hacerla con garbanzos y coliflor, aunque esta preparación admite otros muchos alimentos que podemos adaptar a nuestros gustos. Como siempre, recomendamos que todos los ingredientes sean de mercado.

 

INGREDIENTES PARA 6 – 8 HAMBURGUESAS     

400 g de garbanzos hervidos

½ coliflor

2-3 patatas medianas

1 cebolla grande

1-2 ajos

Orégano

Pimienta, sal

Pan rallado

 

ELABORACIÓN

Hervimos los garbanzos, las patatas y la coliflor por separado. Los garbanzos, si se prefiere, podemos comprarlos ya hervidos. Escurrimos bien todos estos productos y los ponemos en un bol.

En una sartén, sofreímos la cebolla y los ajos bien picados, a fuego lento, hasta que la cebolla quede caramelizada. Este sofrito lo incorporamos al bol junto con un poco de orégano, sal y pimienta al gusto, con un tenedor mezclamos todo hasta obtener una masa homogénea. Tiene que quedar bastante espesa para que, al hacer la hamburguesa, esta no quede demasiado blanda. Podemos espesar añadiendo un poco de pan rallado. Reservamos en el frigorífico una hora más o menos y ya podremos dar forma a las hamburguesas que iremos colocando en una bandeja de horno.

Una vez estén preparadas espolvoreamos la hamburguesa con orégano para darle el toque final. Horneamos durante 5-10 minutos.

Al momento de servir en mesa, las sacaremos con una pala plana para que no se rompan. Decoramos el plato con una ensalada y con un bol de salsa de tomate casera que tendremos preparada. Quedan deliciosas al paladar y a la vista.

 ¡BUEN APETITO!

Quiche de jamón de york

Hablemos de las masas: todas ellas tienen un recorrido culinario amplio y variado que posiblemente surge con el descubrimiento de los cereales panificables y que constituyen la base alimentaria en las culturas primigenias, como recurso al alcance en las dietas más sencillas y diarias. Siguen estando presentes en la cocina actual, en todos los países, adaptadas a los gustos y tradiciones.

En recetas anteriores, hemos explicado sus propiedades y su versatilidad a la hora de utilizarlas en nuestros menús. Su fácil elaboración nos anima a prepararlas y tenerlas disponibles para el momento en que queramos consumirlas, ya que se pueden congelar o guardar refrigeradas durante unos días.

Podemos escoger darles forma con múltiples recetas, presentarlas como aperitivo, plato principal, llevarlas de picnic, en fiestas y reuniones, en todo momento nos harán quedar como auténticos chefs, ya que resultan espectaculares por su colorido y variedad en los ingredientes que utilicemos.

Nosotros hoy pensamos en un quiche, mucho se ha escrito sobre ellas, y seguro, que hemos oído y probado la famosa quiche Lorraine, si, con mayúscula, porque toma su nombre de una región de Francia, y parece ser que de ella derivan todas las demás que han ido surgiendo y que han dado lugar a muchas variantes. En sus orígenes, esta masa con la que hoy hacemos las quiches, constituía un alimento bastante extendido y que se hacía con los restos del pan sobrante cuando el pan se hacía en las casas. Estos restos eran aprovechados mezclándolos con huevos y leche hasta formar una masa comestible. Pero esta fórmula, no tardó en pasar a  las mesas de las clases acomodadas, incluso aristocráticas, según hemos podido constatar a través de fuentes escritas, y convertirse en un plato exquisito que admitía todo tipo de ingredientes.

Prepararemos la quiche, haciendo nuestra propia masa y si tenemos compañía en la cocina, mucho mejor, a los niños les encanta participar batiendo los huevos y disponiendo los ingredientes en el molde. Es un plato que suele gustarles, especialmente esta de jamón y queso. Podemos utilizar harinas alternativas a la industrial, pregunta en tu mercado de confianza.

 

INGREDIENTES PARA 1 QUICHE

PARA HACER LA MASA

200 g de harina del tipo que apetezca

40 g de mantequilla

Agua, medio vaso pequeño

Aceite, medio vaso pequeño.

Un poco de sal y pimienta

 

PARA EL RELLENO

250 g de jamón de york

150 g de queso, opcional a gusto

200 ml de nata para cocinar

2 huevos

Orégano y nuez moscada

Queso rallado para hornear

 

PREPARACIÓN

En un bol, echaremos todos los ingredientes para preparar la masa mezclando bien y amasando hasta formar una bola homogénea que envolveremos en papel film y dejaremos reposar un par de horas.

En un recipiente de horno extenderemos esta masa, cubriendo bien y recortando los bordes. Ya tendremos cortados a tiras finas el jamón y el queso, los distribuimos por toda la masa; batimos los huevos con la nata, la sal y la pimienta y lo incorporamos a la quiche. Espolvoreamos con el orégano y la nuez moscada y por último, cubrimos con el queso rallado. Con el horno previamente caliente a 180 grados, horneamos la quiche aproximadamente unos 20 minutos. Comprobamos que ha quedado hecha y retiramos. Podemos presentarla en la mesa en el mismo recipiente o bien fuera de él. Servimos acompañándola con una ensalada a gusto. Esta receta sencilla y rápida admite otras muchas variaciones, tantas como ingredientes podamos imaginar o tengamos en nuestro fondo de cocina.

Si optamos por comprar la base, que sea brisa o quebrada, también en ocasiones la hemos preparado con hojaldre.

¡BUEN APETITO!