Bacalao con Alcachofas

Para la preparación de nuestra receta, hemos preparado alcachofas, ya que también maridan muy bien con el bacalao que las va a acompañar, así que vamos a darle una variación a la receta original.

En nuestro bagaje culinario, la alcachofa ha sido siempre bienvenida, sabemos que es una planta de origen africano y pronto cultivada en toda la zona mediterránea. Esta hortaliza, cuyo fruto tiene forma de flor, posee grandes propiedades depurativas y diuréticas que favorecen una dieta sana.

El bacalao nos remonta a una tradición pesquera ancestral que hoy se intenta preservar a través de una regulación cuyas leyes limitan su veda y captura. Su carne blanca de hojas finas enriquece en aroma y sabor el plato que preparamos. Rico en vitaminas y minerales.

Como siempre hemos encontrado estos productos en nuestro mercado de confianza y de proximidad.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

1,5 kg de alcachofas

2 lomos de bacalao por persona

2 ajos

Perejil

200 g de almendras

Aceite de oliva virgen

 

PREPARACIÓN

Hemos tenido el bacalao en agua durante 48 h cambiando el agua 2-3 veces al día, así que ya lo tenemos a punto. Lo sacamos del agua y lo dejamos que escurra. Quitarle la piel antes de prepararlo es opcional, nosotros lo hacemos con la piel. Bien rebozado en harina lo freímos un poco, no demasiado porque después se acabará de hacer con las alcachofas. Con cuidado para que no se abra, reservamos.

Quitamos las hojas más duras a las alcachofas, las cortamos por la mitad o en cuartos y las sumergimos en agua. Se suele echar al agua un poco de limón, lo que provoca que las alcachofas cojan una cierta acidez, así que nos parece mejor la opción del perejil y optamos por incorporar unas ramas de perejil fresco que evitan la oxidación. Una vez ya las tenemos cortadas, en ese mismo agua, las hervimos hasta que estén al dente. Y bien escurridas, las pasamos por harina y las freímos un poco en el mismo aceite que hemos frito el bacalao. Reservamos el agua de la cocción

Hacemos una picada con las almendras, los ajos y el perejil, bien a mano o nos ayudamos con el robot de cocina.

Colocamos las alcachofas en una cazuela, encima disponemos los lomos de bacalao y distribuimos bien la picada. Cubrimos con el caldo de las alcachofas y dejamos hervir unos 15-20 minutos. ¡Comprobamos el punto de sal y receta finalizada!!

¡BUEN APETITO!

Pastel de verduras y carne: Una muy buena combinación

Una receta que se puede improvisar con los ingredientes que tengamos más a mano y que da como resultado un fondo de cocina que se puede tener preparado y degustar en cualquier momento como plato principal o entrante, cortado a tacos resulta también estupendo como aperitivo.

Hoy la preparamos con dos tipos de hortalizas que, aunque no están en temporada, podemos encontrarlas en los mercados: Berenjena y calabacín, productos de huerta que crecen de forma abundante en nuestro clima y que son siempre protagonistas en las cocinas por su versatilidad y propiedades beneficiosas en nuestra salud. También utilizaremos brócoli para completar un trío de verduras saludables.

Berenjenas y calabacines son plantas cuyo cultivo nos vino de fuera, pero que pronto se adaptaron perfectamente, pasando a formar parte de los cultivos mediterráneos más extendidos. Valorados por sus cualidades nutricionales, están recomendados en las dietas ligeras. Contienen gran cantidad de fibra, vitaminas y minerales y su aporte calórico es bajo. Al brócoli se le ha dado un origen mediterráneo y además de su singular color y forma, es depositario de una serie de nutrientes esenciales altamente importantes: una elevada capacidad depurativa, grasas saludables tipo Omega, bajo en calorías, alto contenido en hierro, por tanto, su consumo permite combatir la anemia ferropénica…

¡Y qué decir de la salsa boloñesa!! Una de las más conocidas salsas de la tradición culinaria italiana que hemos incorporado a nuestros menús y que suele enriquecer todo tipo de recetas.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1 berenjena

1 calabacín

I brócoli

200 g de queso rallado

 

INGREDIENTES PARA LA SALSA BOLOÑESA

1 cebolla

2 zanahorias

500 g de tomate para freír

1 ajo

Un poco de apio

Orégano

Pimienta blanca molida y sal

½ kg de carne picada mixta. De cerdo, ternera o pollo

Aceite de oliva virgen

 

INGREDIENTES PARA LA SALSA BECHAMEL

Harina y leche

 

ELABORACIÓN

Pelamos la berenjena y la cortamos a rodajas más bien finas, las rehogamos brevemente en una sartén y las colocamos en una bandeja de horno lo suficientemente honda para ir añadiendo los restantes ingredientes. Hacemos el mismo procedimiento con el calabacín, esta vez sin quitarle la piel, reservamos.

El brócoli lo podemos hervir al vapor o rehogado en la sartén, de ambas maneras queda bien.

Una vez ya hemos preparado la base de verduras, hacemos la salsa boloñesa tradicional: cortamos la zanahoria, la cebolla, el ajo y el apio a trocitos bien pequeños y los rehogamos en la misma sartén que hemos hecho las verduras. Añadimos la carne picada removiendo para mezclar bien y completamos la salsa con el tomate triturado aproximadamente unos 15 minutos más a fuego lento. Salpimentamos a gusto y retiramos  la salsa cuando veamos que ha quedado bien cremosa.

Ya podemos darle forma al pastel formando capas con los distintos ingredientes.

Cubrimos la berenjena con una capa de boloñesa y queso, en la siguiente capa ponemos el calabacín y hacemos la misma operación. En la última capa pondremos la coliflor y la carne, sin el queso.

Preparamos una salsa bechamel ligera y la distribuimos por encima, finalmente cubrimos con el queso y un poco de orégano. Horneamos a 180 grados durante unos 15 minutos. Habremos conseguido una de esas recetas que entran por los ojos y que llaman a ser degustadas.

 

¡BUEN APETITO!

Sopa minestrona: presencia internacional

¡Qué gran idea preparar una sopa! Y cuando hacemos este plato estamos utilizando una técnica ancestral, ya que las sopas, se encuentran en el origen de los primeros momentos en que se empezaron a utilizar recipientes y de una manera intuitiva, se pudo  hervir en agua cualquier ingrediente que sirviera como alimento. Si hablamos de recipientes, nos tenemos que remontar muy atrás en el tiempo, hasta que, en las primeras culturas con testimonios escritos se comprueba que las sopas ya formaban parte de recetas muy cotidianas.  Sopas de todas clases, con variedades que podemos encontrar en todas las regiones del planeta, de ahí, su carácter internacional.

La sopa Minestrone es una de esas variedades, surgida en Italia, recoge los sabores y colores de los productos de huerta; un plato de cuchara, reconfortante, como todas las sopas en tiempo de invierno, sano y nutritivo, hecho con verduras de temporada al que se le puede agregar pasta, arroz o algún tipo de legumbres. Para muchos que entienden de cocina, una de las mejores sopas del mundo.

La sopa Minestrone de nuestra receta la vamos a hacer utilizando guisantes, calabaza, cebolla, ajo, apio, patata y garbanzos. La calabaza la podemos sustituir por zanahorias, los garbanzos por alubias blancas y los guisantes por judías verdes. En cualquier caso, nos quedará una receta perfecta, nutritiva y muy saludable por su aporte de minerales, vitaminas y fibra.

En recetas anteriores hemos destacado las propiedades de estos alimentos. Las verduras y hortalizas tienen muchos componentes nutricionales: minerales, vitaminas, fibra, son saciantes, buenas para el corazón, diuréticas, antioxidantes, bajas en calorías… por tanto, las consideramos indispensables en nuestra dieta diaria

Los garbanzos son una de las leguminosas más aceptadas en nuestro país. Es un cultivo sostenible en todo el ámbito mediterráneo Son fuente de proteínas vegetales, vitaminas, minerales, fibra… saludables para el colesterol. Un alimento muy completo que debería ser incluido en los menús semanales de adultos y niños. También debemos potenciar el consumo de guisantes, que han sido llamados “lágrimas verdes y oro verde” por su bonito color y sus cualidades alimentarias.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

½ calabacín

100 g de guisantes

6-8 judías verdes

100 g de calabaza

75-100 g de garbanzos o alubias blancas

1 cebolla dulce, 1 ajo, apio, albahaca o perejil para decorar el plato, 1 hoja de laurel, aceite, sal, pimienta blanca molida, queso rallado.

1,5 litros de caldo de verduras

100 g de bacon

Un puñado de pasta integral

Un par de cucharadas de tomate frito

 

PREPARACIÓN

En un recipiente hondo, salteamos el bacon cortado a gusto, el ajo y el laurel. Añadimos  las verduras preparadas tipo juliana, rehogamos durante unos minutos y echamos el tomate frito removiendo para mezclar todo bien. Incorporamos los garbanzos o las alubias que, previamente, habremos puesto en remojo unas horas antes y añadimos el caldo algo templado dejando hervir a fuego lento unos 40 minutos. Pasado este tiempo echaremos los guisantes dejando hervir 5 minutos más y finalmente la pasta, dejando la cocción otros 5 minutos. Podemos ir añadiendo más caldo si queremos que la sopa no quede muy espesa  Comprobamos la sal a gusto. Dejamos reposar y al momento de servir espolvoreamos con un poco de pimienta, el perejil cortado muy fino y el queso rallado. Si queremos que el plato sea más italiano, el queso puede ser tipo parmesano, pero queda igual de rico con un queso manchego seco. La pasta integral resulta menos calórica que la pasta normal, pero también será una elección.

Un resultado espectacular, de cocina de mercado, hecho con tiempo, gusto y buenos ingredientes, que podemos tener preparado. Una sopa que, como dijo un gastrónomo francés, “alegra el estómago”.

¡BUEN APETITO!

Ragú de pollo

Siempre volvemos al pollo, en él encontramos una base para muchos platos que podemos preparar de diferentes maneras y que todos ellos nos aportan una calidad y variedad en nuestra alimentación.

Suele ser una carne que gusta a una gran mayoría de consumidores y desde  su domesticación en el continente asiático, ha acompañado la dieta de muchas personas en todos los lugares del mundo. Seguramente será una de las aves más conocidas, con grandes connotaciones, no solo culinarias, si no, que también podemos encontrar referencias en muchos ámbitos culturales.

En la actualidad, es un alimento muy consumido en todas las mesas de forma muy habitual a lo largo del año, viniendo a constituir un gran aliado para nuestras recetas por su precio y la facilidad de poder encontrarlo en los mercados.  Su carne blanca y ligera, con poca grasa, fácil de digerir, lo hace muy recomendable en todas las dietas.

De gran valor nutricional, contiene vitaminas, minerales y proteínas de alta calidad.

Existen muchas variedades, prácticamente podemos decir que tiene un alto grado de especialización geográfica, ya que en la mayoría de países tienen sus propias razas. En el nuestro, los pollos de corral o campero, se destacan por su carne más sabrosa.

Las formas de preparar este alimento son muy variadas: guisado, al horno, braceado, escabechado, frito, en ensalada…

La receta de hoy, la haremos estofando el pollo con una rica salsa y le damos el nombre de ragú y como siempre recomendamos que sea con  productos de mercado y de proximidad.

La denominación de ragú tiene dos significados, uno para referirse a un guiso que puede ser de carne o pescado y que se acompaña con verduras, y otro para referirse a una salsa para acompañar la pasta hecha con carne y tomate y  que podemos encontrar muy parecida a la boloñesa.

El estofado o guiso de ragú es un plato sencillo y fácil en su elaboración, podemos incluirlo en nuestra dieta semanal como una de las recetas más saludables y sanas.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

4 pechugas de pollo partidas por la mitad

4 muslos de pollo

2 ajos

1 cebolla

2-3 zanahorias

300-400 g de guisantes

½ litro de caldo de pollo

1 vaso de vino blanco seco

Aceite de oliva virgen

Sal y pimienta

Hierbas (tomillo, romero, albahaca)

 

PARA ACOMPAÑAR

Arroz hervido o unas patatas panaderas

 

ELABORACIÓN

En una sartén pondremos el aceite y freiremos la cebolla y las zanahorias.  Los ajos cortados bien finos los incorporamos a este sofrito.  Cuando la cebolla esté pochada, echamos el pollo que, previamente habremos cortado en trozos medianos. Preferible rehogarlo sin la piel, ya que, de este modo soltará menos grasa, pero siempre opcional.

Cuando el pollo haya adquirido un bonito color dorado, añadiremos los guisantes, el caldo, las hierbas y el vaso de vino. Salpimentaremos y dejaremos hervir a fuego lento unos 15-20 minutos hasta comprobar que la cocción espese. ¡Y ya está hecho el ragú de pollo!

Podemos reservarlo para no consumir el mismo día y tenerlo preparado. Recordar que podemos acompañarlo con las patatas y el arroz.

Como veis una receta de lo más fácil y apetitosa.

¡¡BUEN APETITO!!

Brochetas de pollo marinadas

UNA FORMA DIVERTIDA DE COCINAR

¡Siempre podemos contar con la carne de pollo! Presente en las recetas familiares como un valor seguro que suele gustar a todos, asado, en salsa, salteado, marinado… es fácil encontrar un modo de prepararlo que satisfaga al más reticente.

Nos llegó desde el continente asiático en época muy remota y desde entonces hemos tenido disponibilidad para producirlo.  Durante algún tiempo su carne fue poco apreciada, ya que se valoraba más otro tipo de aves de caza como el faisán y la perdiz, pero fue ganando terreno por la facilidad de su cría como animal doméstico y lo que representaba en las economías familiares, dado su aporte en carne y huevos. En la actualidad, es un alimento muy consumido en todas las mesas de forma muy habitual a lo largo del año, viniendo a constituir un gran aliado alimenticio por su precio y la facilidad de poder encontrarlo en los mercados.

En recetas anteriores hemos destacado la problemática que va ligada a este producto en cuanto a su demanda, distribución y precio, este último con fluctuaciones puntuales por debajo del valor de los costos de producción, que hacen necesaria una política que ponga en valor este sector avícola muy importante dentro de la producción final agropecuaria.

Existen muchas variedades, y podemos decir que tiene un alto grado de especialización geográfica, ya que en la mayoría de países tienen sus propias razas. En el nuestro, los pollos de corral o campero, se destacan por su carne más sabrosa. Su carne blanca y ligera, con poca grasa, fácil de digerir, lo hace muy recomendable en todas las dietas. De gran valor nutricional, contiene vitaminas, minerales y proteínas de alta calidad.

Dada su gran versatilidad a la hora de prepararlo, es un producto que no resulta aburrido comerlo, nos permite muchas variaciones, desde las más tradicionales que nos han enseñado nuestras madres y abuelas, hasta las más sofisticadas de la nueva cocina actual.

La receta de hoy, la elaboraremos con 4-6 pechugas de  pollo que habremos comprado en nuestro mercado de confianza donde obtendremos toda la información sobre procedencia, calidad y sostenibilidad en la cría de estas aves. Podemos pedir que nos corten la carne a tacos a la medida que queramos. También podemos hacer las brochetas con muslos deshuesados y partiendo de esta base, podemos combinar con otros ingredientes haciendo de esta receta una comida variada, nutritiva y muy fácil de preparar. El resultado final nos dará un plato lleno de color y sabor. Este tipo de brochetas podemos encontrarlas ya preparadas, por tanto, siempre es una opción poder comprarlas, eso sí, en un mercado de abastos de confianza.

 

 INGREDIENTES PARA 4-6 PERSONAS

4 -6 pechugas enteras cortadas a tacos

Pimentón

2 ajos

Un poco de pimienta blanca molida

Aceite de oliva virgen

Sal

1-2 tomates maduros por persona

Orégano

 

ELABORACIÓN

Dispondremos la carne una vez cortada, en un recipiente donde iremos incorporando el pimentón, la pimienta, un poco de sal, 2 cucharadas de aceite, el orégano y los ajos cortados muy finos. Mezclamos bien todos los ingredientes y dejamos macerar unas horas en la nevera. Se puede guardar de un día para otro.

Al momento de preparar la brocheta, sacamos la carne y comprobamos que ha absorbido los ingredientes de la mezcla, adquiriendo un color rojo y una textura y olor que le van a dar su sabor final tan apetitoso. Iremos poniendo los tacos en la brocheta dándole el tamaño adecuado en función del recipiente  en el que la haremos. En este caso solo la preparamos con la carne de pollo carne y podemos hacerla en una paella, asada al horno o a la barbacoa. Complementaremos el plato con unos tomates asados o braceados que previamente tendremos cortados por la mitad y condimentados con sal pimienta y orégano.

Una receta muy fácil de preparar que podemos presentar con una ensalada verde, unas patatas chips, arroz hervido, algún tipo de salsa…

 

¡BUEN APETITO!

 

 

Calabacines rellenos de gambas y champiñones

Las verduras y hortalizas están en plena temporada y acudimos a ellas para hacer nuestras recetas más variadas, nos ayudan en esa tarea de preparar los platos que consumimos de forma diaria, trabajo nada fácil que a veces nos hace exclamar: ¡ya no sé qué hacer hoy para comer! Pero disponemos de una huerta abundante donde los frutos crecen ayudados por un buen clima y técnicas de cultivo muy experimentadas y especializadas, de modo que tenemos donde escoger los productos de calidad y de proximidad.

Uno de esos frutos es el calabacín, hortaliza originaria de América Central que pronto se cultivó en las zonas templadas del planeta, adaptada muy bien en esos climas como cultivo de regadío. España ocupa el primer lugar en producción, dentro de los países comunitarios siendo Almería una de las regiones que más produce y destina a la exportación.

El calabacín ha pasado a ser un producto muy consumido por su gran versatilidad en la cocina, podemos encontrarlo de diferentes tamaños y variedades, de piel fina y sabor un tanto dulce, se consume con piel, ya que en ella están la mayoría de sus nutrientes. Es rico en fibra, antioxidante y muy diurético. Contiene vitaminas del grupo B, también A y C y muchos minerales. Sus bonitas flores muy delicadas y perecederas tienen un alto valor gastronómico.

En nuestra receta lo vamos a cocinar al horno con gambas y champiñones dos ingredientes que, seguro, apreciamos. Escogeremos los calabacines alargados de color verde, de tamaño mediano.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

4 calabacines, 1 por persona

250 g de champiñones

2-3 gambas por persona, según tamaño

1 cebolla blanca

1 ajo

Aceite de oliva virgen

Sal

Pimienta blanca molida

Nata líquida

1 huevo

1 ramita de apio

Queso rallado a gusto para hornear

 

PREPARACIÓN

Lavamos los calabacines y con un cuchillo de punta fina, extraemos la parte interior blanca, cuidando que el calabacín no se rompa. Ponemos en la bandeja del horno los calabacines vaciados, tapándolos con papel de aluminio y los horneamos durante unos 10 minutos a 180 grados. Reservamos.

En una sartén rehogamos la cebolla y el ajo cortados bien finos a fuego bajo durante unos minutos, incorporamos la carne del calabacín que habíamos extraído y que habremos cortado también en trozos pequeños. Iremos mezclando hasta comprobar que esté bien hecho y echaremos los champiñones fileteados. Trabajaremos los ingredientes ayudándonos de una pala de madera.

Tendremos preparadas las gambas limpias y cortadas y las añadiremos junto con la ramita de apio. Dejamos enfriar.

Cuando la mezcla se haya enfriado, iremos rellenando los calabacines en la misma bandeja que los hemos horneado.

En un bol, batiremos el huevo añadiendo la nata y lo distribuiremos por el relleno de los calabacines. Si se prefiere se puede cambiar por una bechamel. Cubrimos con el queso rallado y horneamos 5-10 minutos.

Una de las muchas formas que podemos cocinar este producto, pero hay muchas más, como siempre, podemos dejar libre nuestra imaginación y creatividad.

¡BUEN APETITO!

Parrillada de verduras

Las verduras y hortalizas nos ofrecen un abanico de posibilidades donde poder escoger aquellas que más nos gustan y dar variedad y originalidad a nuestros menús. Han recorrido un largo camino desde remotas tierras hasta pasar a formar parte de nuestra alimentación Muchas de ellas surgieron de forma silvestre y cuando aprendimos a cultivarlas ya siempre las hemos tenido como parte de nuestra alimentación. Todavía hoy, en muchas zonas del planeta constituyen una economía de subsistencia y como productos de trueque, pero en el mundo rico desarrollado, cada vez más se ha ido perfeccionando su cultivo y se ha llegado a un alto grado de especialización.

Ocupan un primer lugar en la pirámide nutricional, una muy buena guía que nos enseña lo importante que es una alimentación adecuada y variada. Los últimos estudios realizados por los organismos alimentarios mundiales, como por ejemplo, la FAO, ponen en la base de esta pirámide los vegetales frescos como verduras y hortalizas y recomiendan su consumo diario. Cada vez más existe una gran cantidad de información para hacer llegar este conocimiento y hacer que la población se alimente mejor.

Las verduras y hortalizas se encuentran en nuestros mercados, su oferta es muy variada y por sí mismas constituyen un importante atractivo con sus formas y colores; hemos aprendido sus diferentes propiedades, conocemos su estacionalidad como productos de proximidad y también sabemos que su producción está regulada a través de la Política Agraria Común. Como productos perecederos que son, sujetos a la ley de la oferta y la demanda, a veces nos sorprende y preocupa que los canales de distribución no protejan a los agricultores que son los que hacen posible que tengamos esta disponibilidad del producto en nuestras paradas de confianza.

Hemos escogido diferentes productos para hacer la parrillada: espárragos, champiñones. tomates, cebolla, pimientos, calabacín y patatas. Todos ellos de temporada y de proximidad. Los espárragos silvestres los hemos podido encontrar en nuestros bosques desde febrero hasta prácticamente junio. Se ha popularizado el ir a cogerlos al campo para el consumo personal y también para venderlos de forma no comercial. No es fácil verlos in situ, ya que la planta se mezcla con otras y a veces no está muy visible, pero para los ojos expertos de algunos recolectores, no hay espárrago que se resista.

Las verduras y hortalizas tienen muchos componentes nutricionales: minerales, vitaminas, fibra, buenas para el corazón, diuréticas, antioxidantes, bajas en calorías… por tanto, las consideramos indispensables en nuestra dieta diaria.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

2 pimientos verdes

1 cebolla blanca grande

1 calabacín grande

1 manojo de espárragos. Vamos a disponer para nuestra parrillada de un manojo de espárragos verdes cultivados para la venta, son más grandes que los silvestres y se hacen muy bien al horno.

300-400 g de champiñones

6 tomates medianos

6 patatas

2 zanahorias por persona

Aceite de oliva virgen

Sal, pimienta, hierbas

 

PREPARACIÓN

Lavamos bien todas las verduras y las colocamos sobre una bandeja de horno que, previamente habremos cubierto de papel de aluminio. Los pimientos, la cebolla y las zanahorias, cortados en forma alargada. Las patatas a gajos o bien enteras si son pequeñas, los tomates cortados por la mitad. El calabacín cortado a rodajas anchas y los champiñones enteros o fileteados no muy finos. Regamos con el aceite, y sazonamos a gusto.

Ponemos en el horno a 180 grados unos 25-30 minutos controlando que se dore al punto la superficie. ¡Quién se resiste a esta combinación! Una receta de una presencia magnifica, fácil de preparar y rica al paladar.

Se sirve como plato entrante, o bien acompañando otros alimentos, si se prefiere con alguna salsa.

¡BUEN APETITO!

Lomo de cerdo con base de pimientos

Esta semana ponemos nuestra mirada en un producto de lo más conocido que nos sirve siempre como un gran recurso a la hora de elaborar nuestros menús. ¡Se pueden hacer tantos platos con esta carne! Cocinada de muchas formas o combinada con otros ingredientes siempre nos ofrece un gran resultado.

Una vez domesticado, el cerdo pasó a constituir uno de los alimentos más consumidos en las economías domésticas, ya que su carne podía ser conservada y suponía una importante seguridad poder disponer de esta reserva a lo largo de mucho tiempo. Ha pasado a ser un componente muy valorado en nuestra gastronomía, no solo en los menús familiares, también en los mejores restaurantes, y en muchos de ellos con una oferta altamente especializada. Tanto reconocimiento en los fogones, nos hace olvidar la connotación negativa que conlleva su nombre.

El cerdo común blanco que normalmente consumimos, está criado en granjas, y su producción cumple con los principios de calidad fijados por la UE, también con los criterios de un modelo sostenible adaptados a la nueva conciencia medioambiental. Concretamente, el cerdo ibérico, criado en libertad en las grandes dehesas, con una dieta basada en productos naturales, ha conseguido un alto reconocimiento por su calidad en la elaboración de alimentos.

La carne de cerdo está considerada por la OMS, como una carne blanca muy saludable para el consumo humano. En la actualidad hemos desechado la creencia de que era una carne que aportaba mucha grasa, los productos elaborados con la carne de cerdo, los que conocemos como embutidos, pueden contenerla en mayor cantidad. Sabemos que tiene pocas calorías, un alto contenido en vitaminas del grupo B, minerales como el zinc, el fósforo, el potasio… Y por tanto, su consumo es aconsejable en una dieta equilibrada.

Del cerdo, prácticamente se aprovecha todo, y sus partes, tienen diferentes categorías con relación al corte, nuestra receta la vamos a hacer con la parte del lomo o cinta que está dentro de la categoría extra. Si vamos a utilizar lomo de un color, mejor marinarlo con hierbas para que quede en su punto adecuado. Si es de dos colores, resulta una carne más melosa y tierna. Siempre comprar carne de proximidad, sostenible y de calidad que podemos encontrar en nuestros mercados de confianza.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

1 kg de lomo de cerdo cortado fileteado

5-6 pimientos verdes

300-400 g de tomate frito

8-10 lonchas de queso

1 vasito de vino blanco

Aceite de oliva virgen

Pimienta blanca molida, sal, orégano

Romero y tomillo si marinamos los filetes

 

ELABORACIÓN

Los filetes de lomo los podemos comprar a nuestro gusto, de uno o dos colores.

Cortamos los pimientos a tiras finas y alargadas y los rehogamos. Retiramos cuando estén hechos. En el mismo aceite bien caliente doramos los filetes de lomo muy rápidamente, ya que se tienen que acabar de hacer en el horno.

Tenemos preparado el tomate frito, las lonchas de queso, el vino y el orégano.

En un recipiente de horno, hacemos una base con los pimientos y distribuimos por encima los filetes de lomo. Salpimentamos, cubrimos con la salsa de tomate y hacemos una segunda capa siguiendo el mismo orden. Regamos con el vino blanco y finalmente ponemos las lonchas de queso y un poco de orégano o cualquier hierba que nos guste: romero, tomillo… El vino se puede cambiar por un poco de soja.

Introducimos en el horno precalentado a 180 grados, durante uno 35 minutos. Y ya tenemos el plato a punto.

Una receta cotidiana y fácil que podemos modificar con otro tipo de base u otro tipo de carne, para hacer más variados nuestros menús diarios y que podemos tener preparada lista para hornear.

 

¡BUEN APETITO!

Lasaña a los 4 quesos

La base de nuestra receta va a ser la pasta, un alimento que está considerado como una riqueza gastronómica  y plato habitual en todas las mesas que gusta a niños y adultos.

Su origen es milenario, desde China, llega a la cultura occidental a través de los viajes que Marco Polo realizó en el siglo XIII, y pronto fue conocida y utilizada en la península itálica.

Su elaboración ha pasado por diferentes procesos desde el manual y su consumo en seco, hasta la mecanización y producción industrial convirtiéndose en un producto cada vez más variado y sofisticado, de alcance popular, preparado de múltiples maneras y reconocido por los mejores chefs mundiales. Es utilizada en dietética por sus múltiples aplicaciones, está comprobado que no favorece un aumento de peso siempre que no se consuma en exceso. Ayuda al mejor rendimiento intelectual y físico. Existen estudios científicos sobre los beneficios de su consumo en nuestra salud y es tanta su importancia que incluso hay una Organización Internacional de la Pasta, un día mundial de la pasta y el ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial.

Su principal aporte nutritivo son los hidratos de carbono importantes en nuestra dieta mediterránea, pero también aporta proteínas, minerales, grasa y vitaminas cuando incorpora otros productos que la enriquecen como huevos, verduras, quesos…

Conocemos muchas variedades en cuanto a su composición forma y color, en nuestra receta vamos a utilizarla en forma de láminas y la rellenaremos de quesos variados que podemos escoger según nuestras preferencias. Esta forma de cocinar la pasta, creando una serie de capas rellenas con distintos ingredientes, nos hace pensar en la comida italiana, aunque existe una cierta controversia sobre la autoría del plato, parece ser que en la corte inglesa del siglo XIV ya se preparaba y de ello dan fe, testimonios escritos, pero hoy por hoy, la lasaña nos transporta al mundo culinario de la bella Italia.

Este plato admite una preparación muy variada en función del relleno que queramos utilizar: carne, verduras, quesos…

Y ahora, hablaremos de quesos… según los expertos, un regalo de los dioses, un alimento antiquísimo obtenido a través de la leche de los animales domesticados. ¡Debemos tantos hallazgos al Neolítico! Hecho de forma manual y artesanal, hasta que se creó una importante industria. En la actualidad, hay una gran especialización por países y zonas geográficas que identifican su calidad en el proceso de elaboración. En nuestro país hay unas 100 variedades, así que es fácil encontrar alguno que nos guste.

Utilizaremos mozzarella y  parmesano, variedades  de los quesos italianos más famosos  y dos de los que son más conocidos en nuestra cocina: manchego y de cabra. Os proponemos comprar los quesos en vuestro mercado de confianza.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

1 paquete de lasaña

150 g de mozzarella

150 g de parmesano

150 g de queso de cabra

150 g de queso manchego semi-curado

Queso rallado para gratinar, orégano

Tomate frito, aceite o mantequilla

 

PARA LA BECHAMEL: harina, leche, pimienta y un poco de nuez moscada

 

ELABORACIÓN

Hervimos la pasta al dente, escurrimos y colocamos una primera capa en un recipiente para el horno, previamente untado con un poco de aceite o mantequilla.

Para la bechamel, podemos hacerla con leche o algún preparado vegetal, un poco de mantequilla o aceite, harina y pimienta. Si se prefiere, se puede añadir un sofrito de cebolla cortada muy fina para darle más sabor.

Vamos colocando los quesos, finamente cortados o triturados, los cubrimos con la bechamel y ponemos otra capa, así hasta colocar las 4 variedades de quesos. Opcional, ir añadiendo un poco de tomate frito encima de la bechamel. Finalmente cubrir con la bechamel, el queso rallado y el orégano.  Ponemos a gratinar en el horno, a 180 grados, hasta que veamos que esté dorado. Retiramos y dejamos enfriar un poco si queremos consumirlo al momento. Podemos acompañar con una ensalada verde y estaremos ante una receta espectacular, no solo por la forma y el color, también por su sabor.

Los quesos podemos variarlos a nuestro gusto, y pedir en nuestra parada de confianza que nos los rallen.

Esperamos que os entren ganas de prepararla y degustarla.

¡BUEN APETITO!

Alubias con jamón y chorizo

En recetas anteriores hemos hablado de las legumbres y son muchas las recetas que podemos preparar con ellas, lo que las convierte en una gran ayuda para variar y hacer más apetitosos nuestros menús semanales. Se consideran un plato de cuchara y tal vez sujeto a una cierta estacionalidad, pero resulta recomendable consumirlas también en temporadas veraniegas, tal como se aconseja en las pirámides nutricionales, donde ocupan un lugar importante

Su importancia es tan considerable como alimento para la población mundial, que tienen el apoyo de organizaciones internacionales: la Organización de las Naciones Unidas declaró 2016 como Año Internacional de las legumbres. También la FAO ha elaborado informes destacando su producción dentro de una agricultura de futuro sostenible.

Las alubias pertenecen a la familia de las leguminosas, alimentos necesarios para todas las personas y todas las edades; indispensables en la alimentación de los niños y en personas con una alta actividad física, también en las dietas vegetarianas.

La ingesta de legumbres es muy recomendable, 2-4 raciones a la semana y ciertamente, es un plato que destaca en la cocina nacional, ya que somos el país europeo que más legumbres consume.

El cultivo de alubias, es muy antiguo, originarias de América donde constituían un alimento tradicional en las culturas indígenas, pasaron a cultivarse por todo el mundo. En nuestro país, la mayor producción se centra en Castilla-León y en Galicia. Existen distintas variedades regionales que dan lugar a alubias de diferentes colores y tamaños reconocidas con nombre propio.

Sus propiedades nutricionales son elevadas, de grandes beneficios para la salud, tienen bajo contenido en grasas y son ricas en proteínas, en vitaminas y en fibra.

Conocemos la forma tradicional de prepararlas como un guiso o potaje, acompañadas de casi todos los productos del cerdo, pero también como ensaladas, cremas,  guarnición, rehogadas, en puré, con verduras, marisco… En nuestra receta, escogemos hacerlas hervidas, con jamón y chorizo. Muy recomendable que sean de tu mercado de confianza para conocer el origen de los productos.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

500-600 g de alubias blancas.

1 cebolla mediana

1 pimiento verde

2 zanahorias

1 pimiento rojo seco o ñora

3 ajos

1 rama de apio

2 hojas de laurel

100 g de jamón en un trozo

100 g de chorizo en un trozo

Sal

 

PREPARACIÓN

Las alubias las podemos comprar, ya hervidas, en nuestra parada de confianza. Si las vamos a utilizar secas, las ponemos en remojo, el día antes, y al momento de prepararlas las escurrimos y las ponemos en una cazuela con agua fría. Incorporamos en crudo todos los ingredientes y dejamos hervir a fuego lento durante 1 h 45 minutos aprox. Al inicio de la ebullición, iremos quitando la espuma que se va formando. Comprobamos que las alubias estén tiernas y retiramos del fuego.

Sacamos todos los ingredientes que hemos añadido a las alubias y en un plato troceamos el jamón y el chorizo en taquitos y lo volvemos a añadir al guiso.

Todo lo demás excepto, las hojas de laurel, lo trituramos en la batidora eléctrica hasta obtener una crema homogénea y lo incorporamos. Removemos con cuidado para no romper las alubias, y veremos que el caldo adquiere una textura suave, cremosa y colorida. Añadimos la sal a gusto y… ¡listo para comer!

Receta fácil de preparar, en la línea de la más tradicional comida casera, llena de color, sabor y nutrientes saludables.

 

¡BUEN APETITO!