Lasaña a los 4 quesos

La base de nuestra receta va a ser la pasta, un alimento que está considerado como una riqueza gastronómica  y plato habitual en todas las mesas que gusta a niños y adultos.

Su origen es milenario, desde China, llega a la cultura occidental a través de los viajes que Marco Polo realizó en el siglo XIII, y pronto fue conocida y utilizada en la península itálica.

Su elaboración ha pasado por diferentes procesos desde el manual y su consumo en seco, hasta la mecanización y producción industrial convirtiéndose en un producto cada vez más variado y sofisticado, de alcance popular, preparado de múltiples maneras y reconocido por los mejores chefs mundiales. Es utilizada en dietética por sus múltiples aplicaciones, está comprobado que no favorece un aumento de peso siempre que no se consuma en exceso. Ayuda al mejor rendimiento intelectual y físico. Existen estudios científicos sobre los beneficios de su consumo en nuestra salud y es tanta su importancia que incluso hay una Organización Internacional de la Pasta, un día mundial de la pasta y el ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial.

Su principal aporte nutritivo son los hidratos de carbono importantes en nuestra dieta mediterránea, pero también aporta proteínas, minerales, grasa y vitaminas cuando incorpora otros productos que la enriquecen como huevos, verduras, quesos…

Conocemos muchas variedades en cuanto a su composición forma y color, en nuestra receta vamos a utilizarla en forma de láminas y la rellenaremos de quesos variados que podemos escoger según nuestras preferencias. Esta forma de cocinar la pasta, creando una serie de capas rellenas con distintos ingredientes, nos hace pensar en la comida italiana, aunque existe una cierta controversia sobre la autoría del plato, parece ser que en la corte inglesa del siglo XIV ya se preparaba y de ello dan fe, testimonios escritos, pero hoy por hoy, la lasaña nos transporta al mundo culinario de la bella Italia.

Este plato admite una preparación muy variada en función del relleno que queramos utilizar: carne, verduras, quesos…

Y ahora, hablaremos de quesos… según los expertos, un regalo de los dioses, un alimento antiquísimo obtenido a través de la leche de los animales domesticados. ¡Debemos tantos hallazgos al Neolítico! Hecho de forma manual y artesanal, hasta que se creó una importante industria. En la actualidad, hay una gran especialización por países y zonas geográficas que identifican su calidad en el proceso de elaboración. En nuestro país hay unas 100 variedades, así que es fácil encontrar alguno que nos guste.

Utilizaremos mozzarella y  parmesano, variedades  de los quesos italianos más famosos  y dos de los que son más conocidos en nuestra cocina: manchego y de cabra. Os proponemos comprar los quesos en vuestro mercado de confianza.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

1 paquete de lasaña

150 g de mozzarella

150 g de parmesano

150 g de queso de cabra

150 g de queso manchego semi-curado

Queso rallado para gratinar, orégano

Tomate frito, aceite o mantequilla

 

PARA LA BECHAMEL: harina, leche, pimienta y un poco de nuez moscada

 

ELABORACIÓN

Hervimos la pasta al dente, escurrimos y colocamos una primera capa en un recipiente para el horno, previamente untado con un poco de aceite o mantequilla.

Para la bechamel, podemos hacerla con leche o algún preparado vegetal, un poco de mantequilla o aceite, harina y pimienta. Si se prefiere, se puede añadir un sofrito de cebolla cortada muy fina para darle más sabor.

Vamos colocando los quesos, finamente cortados o triturados, los cubrimos con la bechamel y ponemos otra capa, así hasta colocar las 4 variedades de quesos. Opcional, ir añadiendo un poco de tomate frito encima de la bechamel. Finalmente cubrir con la bechamel, el queso rallado y el orégano.  Ponemos a gratinar en el horno, a 180 grados, hasta que veamos que esté dorado. Retiramos y dejamos enfriar un poco si queremos consumirlo al momento. Podemos acompañar con una ensalada verde y estaremos ante una receta espectacular, no solo por la forma y el color, también por su sabor.

Los quesos podemos variarlos a nuestro gusto, y pedir en nuestra parada de confianza que nos los rallen.

Esperamos que os entren ganas de prepararla y degustarla.

¡BUEN APETITO!

Alubias con jamón y chorizo

En recetas anteriores hemos hablado de las legumbres y son muchas las recetas que podemos preparar con ellas, lo que las convierte en una gran ayuda para variar y hacer más apetitosos nuestros menús semanales. Se consideran un plato de cuchara y tal vez sujeto a una cierta estacionalidad, pero resulta recomendable consumirlas también en temporadas veraniegas, tal como se aconseja en las pirámides nutricionales, donde ocupan un lugar importante

Su importancia es tan considerable como alimento para la población mundial, que tienen el apoyo de organizaciones internacionales: la Organización de las Naciones Unidas declaró 2016 como Año Internacional de las legumbres. También la FAO ha elaborado informes destacando su producción dentro de una agricultura de futuro sostenible.

Las alubias pertenecen a la familia de las leguminosas, alimentos necesarios para todas las personas y todas las edades; indispensables en la alimentación de los niños y en personas con una alta actividad física, también en las dietas vegetarianas.

La ingesta de legumbres es muy recomendable, 2-4 raciones a la semana y ciertamente, es un plato que destaca en la cocina nacional, ya que somos el país europeo que más legumbres consume.

El cultivo de alubias, es muy antiguo, originarias de América donde constituían un alimento tradicional en las culturas indígenas, pasaron a cultivarse por todo el mundo. En nuestro país, la mayor producción se centra en Castilla-León y en Galicia. Existen distintas variedades regionales que dan lugar a alubias de diferentes colores y tamaños reconocidas con nombre propio.

Sus propiedades nutricionales son elevadas, de grandes beneficios para la salud, tienen bajo contenido en grasas y son ricas en proteínas, en vitaminas y en fibra.

Conocemos la forma tradicional de prepararlas como un guiso o potaje, acompañadas de casi todos los productos del cerdo, pero también como ensaladas, cremas,  guarnición, rehogadas, en puré, con verduras, marisco… En nuestra receta, escogemos hacerlas hervidas, con jamón y chorizo. Muy recomendable que sean de tu mercado de confianza para conocer el origen de los productos.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

500-600 g de alubias blancas.

1 cebolla mediana

1 pimiento verde

2 zanahorias

1 pimiento rojo seco o ñora

3 ajos

1 rama de apio

2 hojas de laurel

100 g de jamón en un trozo

100 g de chorizo en un trozo

Sal

 

PREPARACIÓN

Las alubias las podemos comprar, ya hervidas, en nuestra parada de confianza. Si las vamos a utilizar secas, las ponemos en remojo, el día antes, y al momento de prepararlas las escurrimos y las ponemos en una cazuela con agua fría. Incorporamos en crudo todos los ingredientes y dejamos hervir a fuego lento durante 1 h 45 minutos aprox. Al inicio de la ebullición, iremos quitando la espuma que se va formando. Comprobamos que las alubias estén tiernas y retiramos del fuego.

Sacamos todos los ingredientes que hemos añadido a las alubias y en un plato troceamos el jamón y el chorizo en taquitos y lo volvemos a añadir al guiso.

Todo lo demás excepto, las hojas de laurel, lo trituramos en la batidora eléctrica hasta obtener una crema homogénea y lo incorporamos. Removemos con cuidado para no romper las alubias, y veremos que el caldo adquiere una textura suave, cremosa y colorida. Añadimos la sal a gusto y… ¡listo para comer!

Receta fácil de preparar, en la línea de la más tradicional comida casera, llena de color, sabor y nutrientes saludables.

 

¡BUEN APETITO!

Guisantes con jamón

Tenemos a nuestro alcance todo un mundo vegetal que nos alimenta y nos ofrece imágenes y texturas sorprendentes para nuestros sentidos. Os podemos asegurar que todos los que hacemos esta página de recetas, valoramos y respetamos ese mundo vegetal del cual formamos parte, y en estos tiempos, en que hemos comprobado nuestra vulnerabilidad, la tierra, y las personas que la trabajan, nos han seguido ofreciendo su regalo maravilloso.

Hoy nos detenemos un poco más, en apreciar esos frutos que encontramos en nuestros mercados, dispuestos de tantas formas que nos atraen. Es un placer circular entre las paradas y disfrutar de una experiencia cada vez más valorada; los mercados se han rejuvenecido, se han puesto al día para seguir ofreciendo una venta de calidad que mantiene la tradición y la cercanía con el comprador y que, además, en muchos lugares, ya suponen un atractivo turístico.

Uno de estos frutos, es el guisante, componente de nuestra receta de hoy, perteneciente a la familia de las leguminosas, cuyo origen se sitúa en Asia y que pronto se cultivó, al igual que otras plantas silvestres en el Próximo Oriente alrededor del 10000 a.C. La llegada y su difusión por Europa se produce con las culturas del Bronce, y tenemos conocimiento de su consumo por los pueblos que se asentaban en las costas mediterráneas. Es un cultivo que se adapta muy bien en las zonas de climas templados.

Su recorrido alimentario ha sido diverso, desde ser usado como grano seco para ganado, hasta llegar a las mesas de las clases adineradas, en la actualidad, ha pasado a ser un producto de temporada muy utilizado en las recetas más cotidianas, y también valorado en la alta cocina por los más importantes chefs. Algunos de ellos, pensamos que con mucho acierto, lo han calificado como las  «lágrimas verdes». El cultivo en nuestro país se extiende sobre todo por las dos Castillas, donde ha pasado a tener un importante lugar en la producción agrícola,  siendo un producto que genera no solamente beneficios económicos, también presenta unos parámetros de sostenibilidad para un futuro más verde. Y “oro verde” es como se le conoce en las tierras del Maresme barcelonés, por su textura y sabor.

Debemos incluir en nuestra dieta el consumo de guisantes por sus propiedades beneficiosas para la salud, contienen proteína vegetal, fibra, vitaminas y minerales. Nos ofrecen una gran versatilidad a la hora de prepararlos y resulta fácil su elaboración. Cuando se presentan a la mesa, llaman la atención de niños y mayores por su bonito color, y una vez se prueban, seguro que pasan a formar parte de nuestra alimentación.

Vamos a preparar la receta que nos resultará muy fácil.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

700-800 g de guisantes limpios. Podemos comprarlos ya desgranados

1 cebolla blanca grande

125 g de jamón en un trozo

Aceite de oliva virgen

1 vaso de vino blanco

Sal

Pimienta blanca molida

 

ELABORACIÓN

En una cazuela con agua ponemos a hervir los guisantes durante unos 15 minutos. Pasado este tiempo, escurrimos y reservamos.

En una sartén, sofreímos la cebolla hasta que esté pochada.

Cortamos el jamón a taquitos y lo incorporamos a la sartén, echamos el vino blanco y dejamos evaporar.

Añadimos los guisantes mezclando bien todos los ingredientes y ponemos sal y pimienta a gusto. Dejamos reposar y ya podemos presentar el plato. Siempre se puede añadir nuestro toque personal con albahaca, menta, huevo duro, butifarra…

¡BUEN APETITO!

Caldereta de rape y gambas

Uno de los muchos platos marineros que solían elaborarse en las cocinas de los barcos que faenaban en busca de pesca. La materia prima de estos guisos, se encontraba cercana y disponible, constituyendo la base de la alimentación durante las largas temporadas que los pescadores permanecían en el mar. Curiosamente, el rape de nuestra receta, no era uno de los más apreciados y en ocasiones se descartaba su preparación. ¿Por qué sería? ¿Tal vez por su desagradable apariencia?  Es cierto que la tipología de este pez resulta un tanto intimidante, presenta un aspecto feroz, con su gran cabeza y la boca repleta de grandes dientes que le convierten en un hábil depredador en las profundidades en las que se encuentra.

La pesca ha sido desde siempre una de las primeras actividades productivas que ha favorecido el consumo y el surgimiento de una economía en torno al sector pesquero. Sabemos por testimonios gráficos que ya desde tiempos antiguos las capturas de las diferentes especies, dieron lugar a una industria muy desarrollada en las costas mediterráneas. En los numerosos mosaicos de las villas romanas, sobre todo en las costas peninsulares, podemos encontrar imágenes que son como un muestrario de la pesca en esos tiempos. Imágenes que nos dicen la gran variedad de peces conocidos que no solo servían como alimento, si no, que también creaban todo un mundo de mitos y simbología. Podemos verlas muy próximas a través de nuestro rico patrimonio y no es difícil reconocer en ellas semejanzas con los dos ingredientes principales de la receta que vamos a elaborar.

Vamos a preparar una caldereta con rape, un pescado blanco muy saludable y sabroso que contiene poca grasa y es muy rico en vitaminas y minerales. Lo complementaremos con unas gambas de nuestro Mare Nostrum y una contundente salsa que nos hará sentirnos como auténticos chefs.

Como siempre, buscamos la garantía de productos de mercado y de confianza.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1 rape de 2 kg

8 gambas, mejor que sean grandes

4 patatas

2 ajos, 2 tomates

Sal, pimienta, aceite de oliva virgen y una cucharada de pimentón

 

PARA LA PICADA

2-3 rebanadas de pan

12 almendras crudas

3 ajos

 

PARA EL CALDO

La cabeza de rape limpia y cortada.

2 ajos, 1 puerro y 1 cebolla

2 hojas de laurel

2 zanahorias

Un poco de perejil fresco, o en su lugar, una rama de apio

2,5 litros de agua

 

ELABORACIÓN

Podemos preparar el caldo con antelación y así simplificamos la preparación.

En una cazuela, sofreímos los tomates rallados y los ajos, añadimos el pimentón y un poco de caldo dejando hervir unos 2-3 minutos. Incorporamos las patatas cortadas en rodajas o enteras según se prefiera y el caldo suficiente para que hierva unos 15 minutos más. Reservamos parte del caldo por si hubiera que añadir.

En una sartén, salteamos los ajos finamente picados y las almendras enteras, reservamos y en el mismo aceite, tostamos las rebanadas de pan. Picamos todo ayudándonos de una picadora eléctrica y lo añadimos a la cazuela.

Tendremos el rape ya preparado, cortado en 4 trozos, lo salpimentaremos y lo añadiremos junto con las gambas que podemos poner con o sin cáscara. Dejamos hervir unos 10 minutos hasta comprobar que la textura del rape esté en su punto.

Una receta sabrosísima

¡BUEN APETITO!

Arroz a la Mexicana

Plato en el que vamos a utilizar dos productos que tienen una gran versatilidad y que son muy comunes en muchos menús: arroz y huevos.

El arroz, ese alimento que nos permite una y mil preparaciones diferentes, y que supone una base culinaria en la dieta mediterránea. Hemos mencionado en recetas anteriores, su origen oriental en zonas concretas del sudeste asiático hasta tener una gran dispersión geográfica que le ha hecho convertirse en un producto mundialmente conocido, cultivado en muchos países, altamente especializado, con precios asequibles para las mayorías poblacionales y con  grandes propiedades para nuestra salud.

De los huevos, también hemos comentado sus características: variedades, tamaños, aportes nutricionales… Y los hemos preparado y aconsejado con presentaciones diferentes que nos permiten mostrar nuestra creatividad.

Cuando hablamos de comida mexicana, tenemos en mente, los platos más típicos, como pueden ser los tacos, las tortitas, el guacamole… pero la receta que presentamos es muy habitual y cotidiana en los menús diarios en ese país. Aunque siempre con el toque distintivo como puede ser, el picante y el aguacate.

El aguacate es un fruto originario de México, cuyo origen se remonta a las culturas precolombinas, muy reconocido a nivel internacional por su calidad, constituye uno de los productos agroalimentarios más exportados a todo el mundo. Su cultivo se adapta muy bien a los climas tropicales y mediterráneos, lo que ha permitido su introducción en otros muchos lugares. En nuestro país, y debido a la creciente demanda, en el sur peninsular y en las islas Canarias, se ha producido una fuerte especialización geográfica de este fruto y, es ahí,  donde se concentra la producción nacional muy valorada en Europa.

Las propiedades del aguacate le han posicionado en los primeros lugares de la pirámide frutera, con elevados  componentes de vitaminas, minerales, omega 3, proteínas y  efectos beneficiosos para el colesterol. Muy recomendado para diabéticos.

Preparamos este arroz a la mexicana con este preciado fruto al que se le ha llamado el “oro verde” sin olvidar que podemos incorporarlo no solo en las ensaladas, también en canapés, bocadillos, en las recetas veganas, en salsas…

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

250-300 g de arroz, en este plato hemos utilizado el arroz largo, pero puede ser a gusto

1 cebolla blanca o de Figueres

3 huevos duros

150 g de guisantes frescos hervidos

100 g de mantequilla

200 g de tomate frito

3 aguacates

1/ 2 litro de caldo de verduras

Perejil

Sal

50-100  g de chorizo en un trozo

 

ELABORACIÓN

Un procedimiento diferente al que solemos usar de forma más habitual, es que en lugar de hervir el arroz, en este caso lo vamos a poner en remojo en agua muy caliente durante unos 15 minutos. Pasamos el arroz por agua fría y reservamos

Ya tendremos hervidos los huevos y los guisantes. En una sartén rehogamos la cebolla en la mantequilla, añadiendo el perejil finamente cortado. Retiramos y en esa misma sartén, rehogamos el chorizo que reservaremos y doramos un poco el arroz. Añadimos el tomate frito, los guisantes y un poco de caldo para que hierva unos minutos. Echamos el caldo restante y terminamos la cocción.

Al momento de presentar, dispondremos el chorizo cortado a gusto, los huevos duros en gajos o en rodajas y el aguacate de la forma que más nos agrade.

¡BUEN APETITO!