Encontramos en esta carne un mundo de posibilidades para incorporarla a nuestros menús, de hecho, es una de las más consumidas en nuestro país durante todo el año y en recetas anteriores hemos destacado su papel tan valioso como gran aliado para nuestra alimentación, por su precio y la facilidad de poder encontrarla en los mercados de proximidad. Este elevado consumo, a veces ha provocado lo que los productores de este tipo de carne, han llamado “su banalización” refiriéndose a las fluctuaciones a la baja de los precios, en ocasiones, por debajo de los costes de producción, y también la competencia provocada por las importaciones que hacen necesario poner en valor este producto.
La importancia del sector avícola en nuestro país constituye uno de los puntales de la producción final agraria y ha dado lugar a toda una geografía de explotaciones distribuidas por todo el territorio, centrando su mayor concentración en Catalunya, Andalucía, Galicia y La Comunidad Valenciana.
Ave que llegó del continente asiático, donde fue domesticada en época Neolítica, según demuestran datos arqueológicos y que en muchas sociedades pasó a ser un símbolo con connotaciones culturales y religiosas.
Durante algún tiempo su carne fue poco apreciada, ya que se valoraba más otro tipo de aves de caza como el faisán y la perdiz, pero fue ganando terreno por la facilidad de su cría como animal doméstico y lo que representaba en las economías familiares, dado su aporte en carne y huevos.
Su carne blanca y ligera, con poca grasa, fácil de digerir, la hace muy recomendable en todas las dietas. De gran valor nutricional, contiene vitaminas, minerales y proteínas de alta calidad.
Existen muchas variedades, prácticamente podemos decir que tienen un alto grado de especialización geográfica, ya que la mayoría de países tienen sus propias razas. En el nuestro, los pollos de corral o campero, se destacan por su carne más sabrosa.
La receta de hoy, la elaboraremos con 4 pechugas de pollo que habremos comprado en nuestro mercado de confianza que nos puede dar información sobre procedencia, calidad y sostenibilidad en la cría de estas aves. Podemos pedir que nos las corten a tiras, del grosor que sea más de nuestro agrado, o bien cortarlas al momento de hacer la preparación.
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS
4 Pechugas enteras
Pimentón
Pimienta
2 Ajos
Aceite de oliva virgen
Sal
PARA LA GUARNICIÓN DE VERDURAS
1 Calabacín
1 Cebolla blanca o de Figueres
1 Pimiento rojo, 1 pimiento verde
2 Zanahorias
Media coliflor
Una rama de apio
PREPARACIÓN
En un bol ponemos a macerar las pechugas cortadas a tiras con aceite, sal, pimienta blanca molida, pimentón y los ajos cortados finos. Reservamos en el frigorífico durante unas 2 horas.
Cortamos las verduras a taquitos o en Juliana, y la coliflor en trozos medianos para que no se deshaga. En una paella salteamos las tiras de pollo hasta que cojan un bonito color dorado, retiramos y reservamos a la temperatura que deseemos al momento de consumirlas. En el mismo aceite salteamos las verduras por separado: pimientos y cebolla juntos, el calabacín y las zanahorias y por último la coliflor. En la misma bandeja donde sirvamos las tiras de pollo, ponemos las verduras a un lado o alrededor de la carne. Picamos la rama de apio y la distribuimos por toda la superficie del plato. ¡Y ya está listo!
Sencillo, apetitoso, saludable…
¡BUEN APETITO!