Tiempo de frutas de invierno, y Año Internacional de las Frutas y Verduras, nos inspiran para preparar una receta dulce y sana, que haremos de forma artesanal y que podremos guardar para acompañar nuestros desayunos y otros platos que podamos elaborar.
Es una manera más de conservar los alimentos, en este caso, las frutas, utilizando productos naturales con un procedimiento que, seguramente, nos transporta en el tiempo cuando veíamos a nuestras madres y abuelas preparar las mermeladas en tarros, para surtir la despensa y disponer de los frutos de temporada a lo largo de todo el año.
Se sabe que la preparación y el consumo de frutas conservadas, viene de muy antiguo; en un principio para mantener mejor las frutas, se preparaban con miel, y es cuando se introduce el azúcar, que se empieza a utilizar con este fin. No era un alimento al alcance de las clases populares sino que estaba reservado para burgueses, aristocracia y realeza. Actualmente el consumo y venta de mermeladas, está muy extendido y en nuestros puestos de venta es un producto que responde a unos criterios de calidad fijados por la UE.
Todos conocemos los beneficios de la fruta: aporta energía, tiene vitaminas y minerales, es diurética, buena para el sistema inmunológico…
Preparada con azúcar, este actúa como conservante y ayuda, durante la cocción, a conseguir una pulpa o puré con una textura al gusto. Conviene escoger la fruta en su punto justo de maduración, que sea de temporada y de calidad. Algunas frutas tienen más a menos pectina con lo que la conserva se puede espesar más rápido.
Para la mermelada que proponemos, usaremos naranjas de proximidad y una receta tradicional y muy artesana, ideal para poner en práctica nuestras habilidades culinarias.
Os animamos a que hagáis mermeladas con los frutos de la temporada, son fuente de energía, combinan con otros alimentos y llenan las despensas de tarros con hermosos colores.
INGREDIENTES para 3-4 tarros medianos
600 g. de azúcar
1 cucharada de azúcar avainillado
1 cucharada de coñac
ELABORACIÓN
Lavaremos las naranjas y cortaremos la piel reservándola, si queremos incorporarla a la mermelada, en este caso, la cortaremos en finas tiras. Importante quitar la parte blanca.
Pelaremos el limón y lo añadiremos a la naranja troceada junto con el azúcar y las tiras de la piel. En una cazuela herviremos los ingredientes removiendo hasta obtener una pulpa más o menos espesa. Podemos comprobar que la consistencia esté a nuestro gusto probando con la cuchara. Si se dispone de un robot de cocina, el resultado también será perfecto.
Una vez retirada la mermelada del fuego, dejaremos enfriar levemente, añadiremos la cucharada de coñac y la introduciremos en los botes. Comprobaremos que estén bien cerrados y los pondremos a hervir, sumergidos en agua, durante unos 20 minutos. Dejaremos enfriar y ya estará lista para consumir.
Se puede proceder de la misma forma con otras frutas mezclándolas y también incorporando frutos secos.
¡BUEN APETITO!