Caldereta de rape y gambas

Uno de los muchos platos marineros que solían elaborarse en las cocinas de los barcos que faenaban en busca de pesca. La materia prima de estos guisos, se encontraba cercana y disponible, constituyendo la base de la alimentación durante las largas temporadas que los pescadores permanecían en el mar. Curiosamente, el rape de nuestra receta, no era uno de los más apreciados y en ocasiones se descartaba su preparación. ¿Por qué sería? ¿Tal vez por su desagradable apariencia?  Es cierto que la tipología de este pez resulta un tanto intimidante, presenta un aspecto feroz, con su gran cabeza y la boca repleta de grandes dientes que le convierten en un hábil depredador en las profundidades en las que se encuentra.

La pesca ha sido desde siempre una de las primeras actividades productivas que ha favorecido el consumo y el surgimiento de una economía en torno al sector pesquero. Sabemos por testimonios gráficos que ya desde tiempos antiguos las capturas de las diferentes especies, dieron lugar a una industria muy desarrollada en las costas mediterráneas. En los numerosos mosaicos de las villas romanas, sobre todo en las costas peninsulares, podemos encontrar imágenes que son como un muestrario de la pesca en esos tiempos. Imágenes que nos dicen la gran variedad de peces conocidos que no solo servían como alimento, si no, que también creaban todo un mundo de mitos y simbología. Podemos verlas muy próximas a través de nuestro rico patrimonio y no es difícil reconocer en ellas semejanzas con los dos ingredientes principales de la receta que vamos a elaborar.

Vamos a preparar una caldereta con rape, un pescado blanco muy saludable y sabroso que contiene poca grasa y es muy rico en vitaminas y minerales. Lo complementaremos con unas gambas de nuestro Mare Nostrum y una contundente salsa que nos hará sentirnos como auténticos chefs.

Como siempre, buscamos la garantía de productos de mercado y de confianza.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1 rape de 2 kg

8 gambas, mejor que sean grandes

4 patatas

2 ajos, 2 tomates

Sal, pimienta, aceite de oliva virgen y una cucharada de pimentón

 

PARA LA PICADA

2-3 rebanadas de pan

12 almendras crudas

3 ajos

 

PARA EL CALDO

La cabeza de rape limpia y cortada.

2 ajos, 1 puerro y 1 cebolla

2 hojas de laurel

2 zanahorias

Un poco de perejil fresco, o en su lugar, una rama de apio

2,5 litros de agua

 

ELABORACIÓN

Podemos preparar el caldo con antelación y así simplificamos la preparación.

En una cazuela, sofreímos los tomates rallados y los ajos, añadimos el pimentón y un poco de caldo dejando hervir unos 2-3 minutos. Incorporamos las patatas cortadas en rodajas o enteras según se prefiera y el caldo suficiente para que hierva unos 15 minutos más. Reservamos parte del caldo por si hubiera que añadir.

En una sartén, salteamos los ajos finamente picados y las almendras enteras, reservamos y en el mismo aceite, tostamos las rebanadas de pan. Picamos todo ayudándonos de una picadora eléctrica y lo añadimos a la cazuela.

Tendremos el rape ya preparado, cortado en 4 trozos, lo salpimentaremos y lo añadiremos junto con las gambas que podemos poner con o sin cáscara. Dejamos hervir unos 10 minutos hasta comprobar que la textura del rape esté en su punto.

Una receta sabrosísima

¡BUEN APETITO!

Arroz a la Mexicana

Plato en el que vamos a utilizar dos productos que tienen una gran versatilidad y que son muy comunes en muchos menús: arroz y huevos.

El arroz, ese alimento que nos permite una y mil preparaciones diferentes, y que supone una base culinaria en la dieta mediterránea. Hemos mencionado en recetas anteriores, su origen oriental en zonas concretas del sudeste asiático hasta tener una gran dispersión geográfica que le ha hecho convertirse en un producto mundialmente conocido, cultivado en muchos países, altamente especializado, con precios asequibles para las mayorías poblacionales y con  grandes propiedades para nuestra salud.

De los huevos, también hemos comentado sus características: variedades, tamaños, aportes nutricionales… Y los hemos preparado y aconsejado con presentaciones diferentes que nos permiten mostrar nuestra creatividad.

Cuando hablamos de comida mexicana, tenemos en mente, los platos más típicos, como pueden ser los tacos, las tortitas, el guacamole… pero la receta que presentamos es muy habitual y cotidiana en los menús diarios en ese país. Aunque siempre con el toque distintivo como puede ser, el picante y el aguacate.

El aguacate es un fruto originario de México, cuyo origen se remonta a las culturas precolombinas, muy reconocido a nivel internacional por su calidad, constituye uno de los productos agroalimentarios más exportados a todo el mundo. Su cultivo se adapta muy bien a los climas tropicales y mediterráneos, lo que ha permitido su introducción en otros muchos lugares. En nuestro país, y debido a la creciente demanda, en el sur peninsular y en las islas Canarias, se ha producido una fuerte especialización geográfica de este fruto y, es ahí,  donde se concentra la producción nacional muy valorada en Europa.

Las propiedades del aguacate le han posicionado en los primeros lugares de la pirámide frutera, con elevados  componentes de vitaminas, minerales, omega 3, proteínas y  efectos beneficiosos para el colesterol. Muy recomendado para diabéticos.

Preparamos este arroz a la mexicana con este preciado fruto al que se le ha llamado el “oro verde” sin olvidar que podemos incorporarlo no solo en las ensaladas, también en canapés, bocadillos, en las recetas veganas, en salsas…

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

250-300 g de arroz, en este plato hemos utilizado el arroz largo, pero puede ser a gusto

1 cebolla blanca o de Figueres

3 huevos duros

150 g de guisantes frescos hervidos

100 g de mantequilla

200 g de tomate frito

3 aguacates

1/ 2 litro de caldo de verduras

Perejil

Sal

50-100  g de chorizo en un trozo

 

ELABORACIÓN

Un procedimiento diferente al que solemos usar de forma más habitual, es que en lugar de hervir el arroz, en este caso lo vamos a poner en remojo en agua muy caliente durante unos 15 minutos. Pasamos el arroz por agua fría y reservamos

Ya tendremos hervidos los huevos y los guisantes. En una sartén rehogamos la cebolla en la mantequilla, añadiendo el perejil finamente cortado. Retiramos y en esa misma sartén, rehogamos el chorizo que reservaremos y doramos un poco el arroz. Añadimos el tomate frito, los guisantes y un poco de caldo para que hierva unos minutos. Echamos el caldo restante y terminamos la cocción.

Al momento de presentar, dispondremos el chorizo cortado a gusto, los huevos duros en gajos o en rodajas y el aguacate de la forma que más nos agrade.

¡BUEN APETITO!

Menestra suprema de verduras

Con gusto vamos a presentar uno de los platos más colorista, saludable y fácil de preparar de la gastronomía popular. Tal vez sea una de las recetas que más nos ofrezca toda una serie de posibilidades a la hora de escoger los ingredientes con los que vamos a elaborarla. Podemos hacerla completamente vegetariana con las verduras y hortalizas de la huerta, de temporada y de proximidad, seleccionando aquellas que más nos gusten. Sean cual sean las que utilicemos, nos quedará una receta nutritiva, muy saludable por su aporte de minerales, vitaminas y fibra.

Un plato que mezcla verduras y hortalizas y que por tanto, podemos decir que era conocido y elaborado de forma muy habitual al estar al alcance de las economías que podían disponer de estos productos en los huertos familiares. Plato que se enriquecía mezclándolo con legumbres y embutidos procedentes de la matanza del cerdo.

Se encuentra en las cocinas regionales como una receta asociada a los productos de huerta, lo que ha dado lugar a variedades diferentes según el territorio, así en nuestro país existen menestras con nombre propio: menestra murciana, castellana, andaluza o menestras de la Ribera del Ebro. De este último grupo es muy popular la menestra tudelana que responde a unos criterios un tanto más estrictos, al estar hecha solo con 4 ingredientes muy estacionales: alcachofas, espárragos, guisantes y habas. En la variedad andaluza se introduce el huevo, guisándolo en la última cocción del plato y también se complementa con langostinos.

Nuestra receta la vamos a realizar con diferentes verduras, todas ellas las podemos encontrar en el mercado con la garantía y calidad de los productos frescos. Procuraremos que sean productos de temporada, tal como se aconseja en la cocina sostenible. Muchos de estos productos, en su origen llegaron de lugares muy lejanos, pero pronto se incorporaron a la cocina occidental y ahora constituyen la base de numerosos platos, por tanto, la menestra tiene categoría de plato internacional.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

500 g de judías verdes

300 g de guisantes

5 – 6 alcachofas

1 coliflor

1 cebolla blanca o de Figueres

3 zanahorias

4 patatas

2 ajos

125 g de chorizo

Aceite de oliva virgen

Sal, pimienta

1 rama de apio

1 taza de caldo de verduras. Utilizaremos el caldo de hervir las verduras.

 

ELABORACIÓN

Hervimos por separado las judías troceadas, los guisantes y las patatas enteras con la piel. Reservamos. Guardamos el caldo de las verduras.

Lavamos las alcachofas previamente cortadas en cuatro trozos y las salteamos en una paella hasta que estén más o menos al dente. Aparte salteamos la coliflor cortada con cuidado para que no se deshaga.

Pocharemos la cebolla, y las zanahorias cortadas a gusto. Retiramos y en ese mismo aceite, salteamos el chorizo cortado y los ajos finamente picados.

Pelamos las patatas y las cortamos a tacos no muy pequeños

En un recipiente grande ponemos todos los ingredientes, echamos el caldo y mezclamos todo a fuego lento durante 2-3 minutos. Salpimentamos y finalmente, adornamos el plato con la frescura y el sabor del apio. Podemos servir en el mismo recipiente.

También se suelen añadir 1-2 huevos duros para que quede como plato único.

Dentro de las muchas formas de preparar la menestra, esta nos ha parecido sencilla y rápida. Si se prefiere y se dispone de más tiempo, la coliflor y las alcachofas se pueden añadir fritas rebozadas con huevo y harina, una vez estén a punto los demás ingredientes.

¡BUEN APETITO!

 

Quiche de jamón de york

Hablemos de las masas: todas ellas tienen un recorrido culinario amplio y variado que posiblemente surge con el descubrimiento de los cereales panificables y que constituyen la base alimentaria en las culturas primigenias, como recurso al alcance en las dietas más sencillas y diarias. Siguen estando presentes en la cocina actual, en todos los países, adaptadas a los gustos y tradiciones.

En recetas anteriores, hemos explicado sus propiedades y su versatilidad a la hora de utilizarlas en nuestros menús. Su fácil elaboración nos anima a prepararlas y tenerlas disponibles para el momento en que queramos consumirlas, ya que se pueden congelar o guardar refrigeradas durante unos días.

Podemos escoger darles forma con múltiples recetas, presentarlas como aperitivo, plato principal, llevarlas de picnic, en fiestas y reuniones, en todo momento nos harán quedar como auténticos chefs, ya que resultan espectaculares por su colorido y variedad en los ingredientes que utilicemos.

Nosotros hoy pensamos en un quiche, mucho se ha escrito sobre ellas, y seguro, que hemos oído y probado la famosa quiche Lorraine, si, con mayúscula, porque toma su nombre de una región de Francia, y parece ser que de ella derivan todas las demás que han ido surgiendo y que han dado lugar a muchas variantes. En sus orígenes, esta masa con la que hoy hacemos las quiches, constituía un alimento bastante extendido y que se hacía con los restos del pan sobrante cuando el pan se hacía en las casas. Estos restos eran aprovechados mezclándolos con huevos y leche hasta formar una masa comestible. Pero esta fórmula, no tardó en pasar a  las mesas de las clases acomodadas, incluso aristocráticas, según hemos podido constatar a través de fuentes escritas, y convertirse en un plato exquisito que admitía todo tipo de ingredientes.

Prepararemos la quiche, haciendo nuestra propia masa y si tenemos compañía en la cocina, mucho mejor, a los niños les encanta participar batiendo los huevos y disponiendo los ingredientes en el molde. Es un plato que suele gustarles, especialmente esta de jamón y queso. Podemos utilizar harinas alternativas a la industrial, pregunta en tu mercado de confianza.

 

INGREDIENTES PARA 1 QUICHE

PARA HACER LA MASA

200 g de harina del tipo que apetezca

40 g de mantequilla

Agua, medio vaso pequeño

Aceite, medio vaso pequeño.

Un poco de sal y pimienta

 

PARA EL RELLENO

250 g de jamón de york

150 g de queso, opcional a gusto

200 ml de nata para cocinar

2 huevos

Orégano y nuez moscada

Queso rallado para hornear

 

PREPARACIÓN

En un bol, echaremos todos los ingredientes para preparar la masa mezclando bien y amasando hasta formar una bola homogénea que envolveremos en papel film y dejaremos reposar un par de horas.

En un recipiente de horno extenderemos esta masa, cubriendo bien y recortando los bordes. Ya tendremos cortados a tiras finas el jamón y el queso, los distribuimos por toda la masa; batimos los huevos con la nata, la sal y la pimienta y lo incorporamos a la quiche. Espolvoreamos con el orégano y la nuez moscada y por último, cubrimos con el queso rallado. Con el horno previamente caliente a 180 grados, horneamos la quiche aproximadamente unos 20 minutos. Comprobamos que ha quedado hecha y retiramos. Podemos presentarla en la mesa en el mismo recipiente o bien fuera de él. Servimos acompañándola con una ensalada a gusto. Esta receta sencilla y rápida admite otras muchas variaciones, tantas como ingredientes podamos imaginar o tengamos en nuestro fondo de cocina.

Si optamos por comprar la base, que sea brisa o quebrada, también en ocasiones la hemos preparado con hojaldre.

¡BUEN APETITO!