CONEJO EN ESCABECHE

Vamos a preparar una receta que tiene dos componentes fundamentales: carne, y un adobo o preparación que nos ayuda a conservar los alimentos durante más días, y además les da un sabor y olor muy característicos. Una fórmula muy utilizada tanto en las preparaciones caseras como en las cocinas más sofisticadas.

El escabeche nos sirve para cocinar los alimentos utilizando vinagre, viene a ser como un marinado del producto que hayamos escogido, sea carne, pescado y también hortalizas. Es un tipo de cocina que está muy ligado al área mediterránea y que responde a una larga tradición que ha llegado hasta nuestros días a través de manuales culinarios muy antiguos.

La receta que presentamos utiliza el conejo como base y sabemos que el consumo de esta carne, tiene, en nuestro país, un importante componente cultural que se remonta a la Hispania romana, cuando se hablaba de que esta provincia era “tierra de conejos”. Existen documentos que así lo certifican.

La cría del conejo vino a constituir un soporte en las economías familiares de los núcleos rurales hasta convertirse en un producto altamente explotado. En la actualidad, aunque su producción ha ido descendiendo, a lo largo de los años, las explotaciones cunícolas constituyen un sector importante. Se mantiene también la práctica de la caza con el conejo silvestre.

Es un alimento de la dieta mediterránea con enormes cualidades, tanto por su valor nutricional, como por su uso culinario. Es muy versátil en cuanto a su preparación, ya que se puede cocinar de múltiples maneras, liga muy bien con las hierbas aromáticas, se puede consumir como plato principal o servido como aperitivo o tapa. Con guarnición resulta muy completo.

Está recomendado consumirlo con asiduidad, ya que es una carne de las que se consideran blanca, con poca grasa, un alto valor proteínico, vitaminas del grupo B  y muy digestiva.

Como en casi todos los platos, no existe una única forma de preparar la receta del conejo en escabeche, pero como norma más generalizada, se aconseja hacerlo utilizando 2 partes de aceite, una de vinagre y una de vino blanco. También resulta muy novedoso hacerlo con un vasito de zumo de naranja, ya que le resta un poco de acidez al resultado final y le da un sabor muy suave.

Se puede cocinar con idea de dejarlo preparado y consumirlo más tarde, días o incluso semanas, si lo ponemos en botes esterilizados y lo hervimos como si se tratara de una conserva más.

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1 conejo de 1kg y medio o 2 kg aprox.

2 vasos medianos de aceite de oliva virgen

1 vaso de vinagre de buena calidad

1 vaso de vino blanco

1 vaso de agua

Opcional, 1 vaso de zumo de naranja

3 dientes de ajo

2 zanahorias

Tomillo

3 hojas de laurel

4 cebollitas pequeñas, o una cebolla mediana

Pimienta negra en grano, si se prefiere, puede ser molida

Sal

ELABORACIÓN

Habremos pedido a nuestro carnicero habitual, que nos corte en conejo a trozos no muy pequeños (al gusto). Lavaremos la carne, la secaremos, la pasaremos por harina y la freiremos un poco en una sartén. Lo retiramos y en la misma sartén rehogaremos las zanahorias, las cebollas cortadas y los ajos enteros. En la cazuela donde vayamos a preparar la receta echaremos este sofrito junto con el conejo.

Extendemos bien el conejo para que reciba bien los demás ingredientes y los iremos incorporando de forma homogénea por toda la superficie de la carne. Sazonamos y dejamos hervir aproximadamente unos 45 minutos a fuego lento.

Se puede consumir de forma inmediata, pero como todos los guisos retiene mejor todos los sabores si se deja reposar. Se sirve como guste al comensal, pero templado, el escabeche queda más diluido.

Una receta con mucho amor y tradición de años.

¡¡Buen apetito!!

 

A LA RICA MERMELADA

Tiempo de frutas de invierno, y Año Internacional de las Frutas y Verduras, nos inspiran para preparar una receta dulce y sana, que haremos de forma artesanal y que podremos guardar  para acompañar nuestros desayunos y otros platos que podamos elaborar.

Es una manera más de conservar los alimentos, en este caso, las frutas, utilizando productos naturales con un procedimiento que, seguramente, nos transporta en el tiempo cuando veíamos a nuestras madres y abuelas preparar las mermeladas en tarros, para surtir la despensa y disponer de los frutos de temporada a lo largo de todo el año.

Se sabe que la preparación y el  consumo de frutas conservadas, viene de muy antiguo; en un principio para mantener mejor las frutas, se preparaban con miel, y es cuando se introduce el azúcar, que se empieza a utilizar con este fin. No era un alimento al alcance de las clases populares sino que estaba reservado para burgueses, aristocracia y realeza. Actualmente el consumo y venta de mermeladas, está muy extendido y en nuestros puestos de venta es un producto que responde a unos criterios de calidad fijados por la UE.

Todos conocemos los beneficios de la fruta: aporta energía, tiene vitaminas y minerales, es diurética, buena para el sistema inmunológico…

Preparada con azúcar, este actúa como conservante y ayuda, durante la cocción, a conseguir una pulpa o puré con una textura al gusto. Conviene escoger la fruta en su punto justo de maduración, que sea de temporada y de calidad. Algunas frutas tienen más a menos pectina con lo que la conserva se puede espesar más rápido.

Para la mermelada que proponemos, usaremos naranjas de proximidad y una receta tradicional y muy artesana, ideal para poner en práctica nuestras habilidades culinarias.

Os animamos a que hagáis mermeladas con los frutos de la temporada, son fuente de energía, combinan con otros alimentos y llenan las despensas de tarros con hermosos colores.

INGREDIENTES para 3-4 tarros medianos

1 kg de naranjas

600 g. de azúcar

1 cucharada de azúcar avainillado

1 cucharada de coñac

ELABORACIÓN

Lavaremos las naranjas y cortaremos la piel reservándola, si queremos incorporarla a la mermelada, en este caso, la cortaremos en finas tiras. Importante  quitar la parte blanca.

Pelaremos el limón y lo añadiremos a la naranja troceada junto con el azúcar y las tiras de la piel. En una cazuela herviremos los ingredientes removiendo hasta obtener una pulpa más o menos espesa. Podemos comprobar que la consistencia esté a nuestro gusto probando con la cuchara. Si se dispone de un robot de cocina, el resultado también será perfecto.

Una vez retirada la mermelada del fuego, dejaremos enfriar levemente, añadiremos la cucharada de coñac y la introduciremos en los botes. Comprobaremos que estén bien cerrados y los pondremos a hervir, sumergidos en agua, durante unos 20 minutos. Dejaremos enfriar y ya estará lista para consumir.

Se puede proceder de la misma forma con otras frutas mezclándolas y también incorporando frutos secos.

¡BUEN APETITO!

 

ARROZ CON ALCACHOFAS

Empezamos el año con una receta muy saludable que pertenece al mundo gastronómico de la dieta mediterránea que ha sido reconocida y valorada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Nuestra cocina responde a estos criterios de salud y sostenibilidad que acompañan a los productos de mercado y de proximidad.

Como muchos otros cultivos, el arroz ya era conocido en el período Neolítico, en las zonas húmedas del Sudeste asiático. Allí se dieron las condiciones favorables, dada la abundancia de arroces silvestres que pasaron a ser conocidos por los grupos humanos que habitaban esas regiones. Desde esos lugares, donde se dieron los primeros arrozales, este alimento fue conocido ya en el mundo occidental a través de romanos y árabes. En esta época antigua, el arroz se asociaba a ritos funerarios, y también a la fecundidad y a la fiesta. Tal vez estas costumbres sean las que han llegado hasta nuestros días cuando se echa arroz a los novios al salir de la iglesia.

Es un alimento básico, consumido en todo el mundo de mil maneras diferentes, admite compañía, ya que absorbe los aromas y sabores del pescado, la carne, el marisco, las verduras, las salsas…

Existen muchas variedades, y se utiliza tanto en su forma redonda como larga. Todos conocemos las que se cultivan en nuestro país, ya que tenemos una larga tradición arrocera, y además, algunas con denominación de origen, como los arroces del Delta del Ebro, de Valencia y de Calasparra.

En nuestra receta, lo acompañaremos con alcachofas, que están en plena temporada y le dan un sabor y una cremosidad que gusta al paladar. Las alcachofas aportan una serie de ventajas para la salud: son buenas para el colesterol, contienen vitaminas y minerales, son bajas en calorías y constituyen un digestivo natural. Son muy recomendadas en diferentes dietas. También como nos gustan el apio y el romero, los incluiremos en este plato, ya que le darán un sabor especial.

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

600-650 g de arroz aprox. opcional la variedad.

4-5 alcachofas

2 tomates maduros o en su lugar, tomate frito

1 pimiento verde

½ pimiento rojo

Una cucharada de pimentón dulce

Aceite de oliva virgen

Sal

Un poco de romero, si es en rama mejor

Un tallito de apio

Caldo de verduras

ELABORACIÓN

En una paella haremos un sofrito con los pimientos y el apio cortados a juliana, cuando ya estén hechos, añadiremos el tomate. Mientras, cortaremos las alcachofas a gajos, y las añadiremos al sofrito junto con los tallos. Rehogaremos hasta comprobar que todo se ha mezclado bien. Incorporaremos el arroz procurando que quede bien repartido. Será entonces cuando añadiremos el pimentón mezclando todos los ingredientes. Al momento de echar el caldo, añadiremos el romero y la sal para condimentar y aromatizar un poco más.

Vigilaremos la cocción que será, aproximadamente de unos 20 minutos. Retiraremos y dejaremos reposar.

Podemos preparar una ensalada variada para completar el menú.

Como veréis, una receta de lo más asequible, sana y rápida.

¡BUEN APETITO!