BUÑUELOS DE BACALAO
Hoy una receta muy sencilla y apropiada para estas fechas hechas con bacalao, un ingrediente que ya lo hemos utilizado en una receta, en la que explicábamos sus características en cuanto a origen, consumo y beneficios para la salud. Alimento muy versátil y de larga duración, dada su conservación en sal. Plato típico en muchas regiones peninsulares, preparado de múltiples formas. El bacalao es un pescado blanco, de temporada, con enormes propiedades alimentarias, tiene proteínas, vitaminas, omega 3… Se encuentra en los mercados fresco y conservado de distintas formas. Si lo usamos salado habrá que proceder a su desalado para eliminar el exceso de sal, y consumirlo con cierta precaución en dietas bajas en sodio.
Las capturas en las costas europeas están muy controladas y sujetas a leyes que intentan preservar esta pesca para las generaciones futuras, en este sentido, la UE lleva a cabo una política de control de las capturas. Es por ello que todo el bacalao que llega a nuestro país, cumple los requisitos de sostenibilidad y tratamiento.
En nuestro imaginario culinario, hay platos que presentan unas connotaciones singulares por lo que nos pueden aportar en sensaciones personales, y creemos que el de hoy, puede transmitir, recuerdos de olores y sabores muy cercanos, asociados a momentos vividos en nuestro núcleo familiar, cuando se preparaban unos ricos buñuelos.
Vamos pues, con la receta de esta semana, típica para estos días y fácil de preparar.
INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS
400 g de bacalao desmigado o lomos. El desmigado simplifica la preparación
150 g de harina
3 huevos
1 paquete de levadura
2 ajos
Perejil
Azafrán o colorante
Aceite de oliva virgen
PREPARACIÓN
Tendremos el bacalao ya desalado y desmigado. Lo pondremos en un bol junto con el perejil y los ajos picados. Si es de nuestro gusto, podemos triturar todo un poco para que quede más mezclado. En el mismo bol, agregamos la harina, el azafrán, la levadura y los huevos. Mezclamos todo bien, con el robot de cocina, o a mano con un tenedor. Si vemos que la masa ha quedado un poco espesa, podemos añadir un poco de leche. Dejamos reposar a temperatura ambiente o en el frigorífico.
Al momento de freír los buñuelos, lo haremos en una sartén, con una cantidad de aceite suficiente para que se hagan bien. Iremos cogiendo con una cuchara sopera un poco de la masa que hemos preparado y la echaremos en el aceite caliente. No hay que hacer demasiados a la vez. Una vez los buñuelos estén hechos, los dejaremos reposar sobre papel absorbente para que pierdan un poco del aceite.
El resultado es muy colorido y apetitoso.
Se pueden comer calientes fríos, como aperitivo acompañando las comidas principales…
Una sugerencia: Al día siguiente, en el momento del desayuno, con café con leche, resultan de lo más. Puede parecer sorprendente, pero el maridaje es perfecto.
-La harina podemos utilizarla de cualquier variedad
-La leche puede ser a nuestro gusto, vegetal, semi, entera…
-Se puede cambiar la levadura por cerveza
¡BUEN APETITO!