Bacalao con Alcachofas

Para la preparación de nuestra receta, hemos preparado alcachofas, ya que también maridan muy bien con el bacalao que las va a acompañar, así que vamos a darle una variación a la receta original.

En nuestro bagaje culinario, la alcachofa ha sido siempre bienvenida, sabemos que es una planta de origen africano y pronto cultivada en toda la zona mediterránea. Esta hortaliza, cuyo fruto tiene forma de flor, posee grandes propiedades depurativas y diuréticas que favorecen una dieta sana.

El bacalao nos remonta a una tradición pesquera ancestral que hoy se intenta preservar a través de una regulación cuyas leyes limitan su veda y captura. Su carne blanca de hojas finas enriquece en aroma y sabor el plato que preparamos. Rico en vitaminas y minerales.

Como siempre hemos encontrado estos productos en nuestro mercado de confianza y de proximidad.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

1,5 kg de alcachofas

2 lomos de bacalao por persona

2 ajos

Perejil

200 g de almendras

Aceite de oliva virgen

 

PREPARACIÓN

Hemos tenido el bacalao en agua durante 48 h cambiando el agua 2-3 veces al día, así que ya lo tenemos a punto. Lo sacamos del agua y lo dejamos que escurra. Quitarle la piel antes de prepararlo es opcional, nosotros lo hacemos con la piel. Bien rebozado en harina lo freímos un poco, no demasiado porque después se acabará de hacer con las alcachofas. Con cuidado para que no se abra, reservamos.

Quitamos las hojas más duras a las alcachofas, las cortamos por la mitad o en cuartos y las sumergimos en agua. Se suele echar al agua un poco de limón, lo que provoca que las alcachofas cojan una cierta acidez, así que nos parece mejor la opción del perejil y optamos por incorporar unas ramas de perejil fresco que evitan la oxidación. Una vez ya las tenemos cortadas, en ese mismo agua, las hervimos hasta que estén al dente. Y bien escurridas, las pasamos por harina y las freímos un poco en el mismo aceite que hemos frito el bacalao. Reservamos el agua de la cocción

Hacemos una picada con las almendras, los ajos y el perejil, bien a mano o nos ayudamos con el robot de cocina.

Colocamos las alcachofas en una cazuela, encima disponemos los lomos de bacalao y distribuimos bien la picada. Cubrimos con el caldo de las alcachofas y dejamos hervir unos 15-20 minutos. ¡Comprobamos el punto de sal y receta finalizada!!

¡BUEN APETITO!

Pastel de verduras y carne: Una muy buena combinación

Una receta que se puede improvisar con los ingredientes que tengamos más a mano y que da como resultado un fondo de cocina que se puede tener preparado y degustar en cualquier momento como plato principal o entrante, cortado a tacos resulta también estupendo como aperitivo.

Hoy la preparamos con dos tipos de hortalizas que, aunque no están en temporada, podemos encontrarlas en los mercados: Berenjena y calabacín, productos de huerta que crecen de forma abundante en nuestro clima y que son siempre protagonistas en las cocinas por su versatilidad y propiedades beneficiosas en nuestra salud. También utilizaremos brócoli para completar un trío de verduras saludables.

Berenjenas y calabacines son plantas cuyo cultivo nos vino de fuera, pero que pronto se adaptaron perfectamente, pasando a formar parte de los cultivos mediterráneos más extendidos. Valorados por sus cualidades nutricionales, están recomendados en las dietas ligeras. Contienen gran cantidad de fibra, vitaminas y minerales y su aporte calórico es bajo. Al brócoli se le ha dado un origen mediterráneo y además de su singular color y forma, es depositario de una serie de nutrientes esenciales altamente importantes: una elevada capacidad depurativa, grasas saludables tipo Omega, bajo en calorías, alto contenido en hierro, por tanto, su consumo permite combatir la anemia ferropénica…

¡Y qué decir de la salsa boloñesa!! Una de las más conocidas salsas de la tradición culinaria italiana que hemos incorporado a nuestros menús y que suele enriquecer todo tipo de recetas.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1 berenjena

1 calabacín

I brócoli

200 g de queso rallado

 

INGREDIENTES PARA LA SALSA BOLOÑESA

1 cebolla

2 zanahorias

500 g de tomate para freír

1 ajo

Un poco de apio

Orégano

Pimienta blanca molida y sal

½ kg de carne picada mixta. De cerdo, ternera o pollo

Aceite de oliva virgen

 

INGREDIENTES PARA LA SALSA BECHAMEL

Harina y leche

 

ELABORACIÓN

Pelamos la berenjena y la cortamos a rodajas más bien finas, las rehogamos brevemente en una sartén y las colocamos en una bandeja de horno lo suficientemente honda para ir añadiendo los restantes ingredientes. Hacemos el mismo procedimiento con el calabacín, esta vez sin quitarle la piel, reservamos.

El brócoli lo podemos hervir al vapor o rehogado en la sartén, de ambas maneras queda bien.

Una vez ya hemos preparado la base de verduras, hacemos la salsa boloñesa tradicional: cortamos la zanahoria, la cebolla, el ajo y el apio a trocitos bien pequeños y los rehogamos en la misma sartén que hemos hecho las verduras. Añadimos la carne picada removiendo para mezclar bien y completamos la salsa con el tomate triturado aproximadamente unos 15 minutos más a fuego lento. Salpimentamos a gusto y retiramos  la salsa cuando veamos que ha quedado bien cremosa.

Ya podemos darle forma al pastel formando capas con los distintos ingredientes.

Cubrimos la berenjena con una capa de boloñesa y queso, en la siguiente capa ponemos el calabacín y hacemos la misma operación. En la última capa pondremos la coliflor y la carne, sin el queso.

Preparamos una salsa bechamel ligera y la distribuimos por encima, finalmente cubrimos con el queso y un poco de orégano. Horneamos a 180 grados durante unos 15 minutos. Habremos conseguido una de esas recetas que entran por los ojos y que llaman a ser degustadas.

 

¡BUEN APETITO!

Sopa minestrona: presencia internacional

¡Qué gran idea preparar una sopa! Y cuando hacemos este plato estamos utilizando una técnica ancestral, ya que las sopas, se encuentran en el origen de los primeros momentos en que se empezaron a utilizar recipientes y de una manera intuitiva, se pudo  hervir en agua cualquier ingrediente que sirviera como alimento. Si hablamos de recipientes, nos tenemos que remontar muy atrás en el tiempo, hasta que, en las primeras culturas con testimonios escritos se comprueba que las sopas ya formaban parte de recetas muy cotidianas.  Sopas de todas clases, con variedades que podemos encontrar en todas las regiones del planeta, de ahí, su carácter internacional.

La sopa Minestrone es una de esas variedades, surgida en Italia, recoge los sabores y colores de los productos de huerta; un plato de cuchara, reconfortante, como todas las sopas en tiempo de invierno, sano y nutritivo, hecho con verduras de temporada al que se le puede agregar pasta, arroz o algún tipo de legumbres. Para muchos que entienden de cocina, una de las mejores sopas del mundo.

La sopa Minestrone de nuestra receta la vamos a hacer utilizando guisantes, calabaza, cebolla, ajo, apio, patata y garbanzos. La calabaza la podemos sustituir por zanahorias, los garbanzos por alubias blancas y los guisantes por judías verdes. En cualquier caso, nos quedará una receta perfecta, nutritiva y muy saludable por su aporte de minerales, vitaminas y fibra.

En recetas anteriores hemos destacado las propiedades de estos alimentos. Las verduras y hortalizas tienen muchos componentes nutricionales: minerales, vitaminas, fibra, son saciantes, buenas para el corazón, diuréticas, antioxidantes, bajas en calorías… por tanto, las consideramos indispensables en nuestra dieta diaria

Los garbanzos son una de las leguminosas más aceptadas en nuestro país. Es un cultivo sostenible en todo el ámbito mediterráneo Son fuente de proteínas vegetales, vitaminas, minerales, fibra… saludables para el colesterol. Un alimento muy completo que debería ser incluido en los menús semanales de adultos y niños. También debemos potenciar el consumo de guisantes, que han sido llamados “lágrimas verdes y oro verde” por su bonito color y sus cualidades alimentarias.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

½ calabacín

100 g de guisantes

6-8 judías verdes

100 g de calabaza

75-100 g de garbanzos o alubias blancas

1 cebolla dulce, 1 ajo, apio, albahaca o perejil para decorar el plato, 1 hoja de laurel, aceite, sal, pimienta blanca molida, queso rallado.

1,5 litros de caldo de verduras

100 g de bacon

Un puñado de pasta integral

Un par de cucharadas de tomate frito

 

PREPARACIÓN

En un recipiente hondo, salteamos el bacon cortado a gusto, el ajo y el laurel. Añadimos  las verduras preparadas tipo juliana, rehogamos durante unos minutos y echamos el tomate frito removiendo para mezclar todo bien. Incorporamos los garbanzos o las alubias que, previamente, habremos puesto en remojo unas horas antes y añadimos el caldo algo templado dejando hervir a fuego lento unos 40 minutos. Pasado este tiempo echaremos los guisantes dejando hervir 5 minutos más y finalmente la pasta, dejando la cocción otros 5 minutos. Podemos ir añadiendo más caldo si queremos que la sopa no quede muy espesa  Comprobamos la sal a gusto. Dejamos reposar y al momento de servir espolvoreamos con un poco de pimienta, el perejil cortado muy fino y el queso rallado. Si queremos que el plato sea más italiano, el queso puede ser tipo parmesano, pero queda igual de rico con un queso manchego seco. La pasta integral resulta menos calórica que la pasta normal, pero también será una elección.

Un resultado espectacular, de cocina de mercado, hecho con tiempo, gusto y buenos ingredientes, que podemos tener preparado. Una sopa que, como dijo un gastrónomo francés, “alegra el estómago”.

¡BUEN APETITO!

Ragú de pollo

Siempre volvemos al pollo, en él encontramos una base para muchos platos que podemos preparar de diferentes maneras y que todos ellos nos aportan una calidad y variedad en nuestra alimentación.

Suele ser una carne que gusta a una gran mayoría de consumidores y desde  su domesticación en el continente asiático, ha acompañado la dieta de muchas personas en todos los lugares del mundo. Seguramente será una de las aves más conocidas, con grandes connotaciones, no solo culinarias, si no, que también podemos encontrar referencias en muchos ámbitos culturales.

En la actualidad, es un alimento muy consumido en todas las mesas de forma muy habitual a lo largo del año, viniendo a constituir un gran aliado para nuestras recetas por su precio y la facilidad de poder encontrarlo en los mercados.  Su carne blanca y ligera, con poca grasa, fácil de digerir, lo hace muy recomendable en todas las dietas.

De gran valor nutricional, contiene vitaminas, minerales y proteínas de alta calidad.

Existen muchas variedades, prácticamente podemos decir que tiene un alto grado de especialización geográfica, ya que en la mayoría de países tienen sus propias razas. En el nuestro, los pollos de corral o campero, se destacan por su carne más sabrosa.

Las formas de preparar este alimento son muy variadas: guisado, al horno, braceado, escabechado, frito, en ensalada…

La receta de hoy, la haremos estofando el pollo con una rica salsa y le damos el nombre de ragú y como siempre recomendamos que sea con  productos de mercado y de proximidad.

La denominación de ragú tiene dos significados, uno para referirse a un guiso que puede ser de carne o pescado y que se acompaña con verduras, y otro para referirse a una salsa para acompañar la pasta hecha con carne y tomate y  que podemos encontrar muy parecida a la boloñesa.

El estofado o guiso de ragú es un plato sencillo y fácil en su elaboración, podemos incluirlo en nuestra dieta semanal como una de las recetas más saludables y sanas.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

4 pechugas de pollo partidas por la mitad

4 muslos de pollo

2 ajos

1 cebolla

2-3 zanahorias

300-400 g de guisantes

½ litro de caldo de pollo

1 vaso de vino blanco seco

Aceite de oliva virgen

Sal y pimienta

Hierbas (tomillo, romero, albahaca)

 

PARA ACOMPAÑAR

Arroz hervido o unas patatas panaderas

 

ELABORACIÓN

En una sartén pondremos el aceite y freiremos la cebolla y las zanahorias.  Los ajos cortados bien finos los incorporamos a este sofrito.  Cuando la cebolla esté pochada, echamos el pollo que, previamente habremos cortado en trozos medianos. Preferible rehogarlo sin la piel, ya que, de este modo soltará menos grasa, pero siempre opcional.

Cuando el pollo haya adquirido un bonito color dorado, añadiremos los guisantes, el caldo, las hierbas y el vaso de vino. Salpimentaremos y dejaremos hervir a fuego lento unos 15-20 minutos hasta comprobar que la cocción espese. ¡Y ya está hecho el ragú de pollo!

Podemos reservarlo para no consumir el mismo día y tenerlo preparado. Recordar que podemos acompañarlo con las patatas y el arroz.

Como veis una receta de lo más fácil y apetitosa.

¡¡BUEN APETITO!!

Brochetas de pollo marinadas

UNA FORMA DIVERTIDA DE COCINAR

¡Siempre podemos contar con la carne de pollo! Presente en las recetas familiares como un valor seguro que suele gustar a todos, asado, en salsa, salteado, marinado… es fácil encontrar un modo de prepararlo que satisfaga al más reticente.

Nos llegó desde el continente asiático en época muy remota y desde entonces hemos tenido disponibilidad para producirlo.  Durante algún tiempo su carne fue poco apreciada, ya que se valoraba más otro tipo de aves de caza como el faisán y la perdiz, pero fue ganando terreno por la facilidad de su cría como animal doméstico y lo que representaba en las economías familiares, dado su aporte en carne y huevos. En la actualidad, es un alimento muy consumido en todas las mesas de forma muy habitual a lo largo del año, viniendo a constituir un gran aliado alimenticio por su precio y la facilidad de poder encontrarlo en los mercados.

En recetas anteriores hemos destacado la problemática que va ligada a este producto en cuanto a su demanda, distribución y precio, este último con fluctuaciones puntuales por debajo del valor de los costos de producción, que hacen necesaria una política que ponga en valor este sector avícola muy importante dentro de la producción final agropecuaria.

Existen muchas variedades, y podemos decir que tiene un alto grado de especialización geográfica, ya que en la mayoría de países tienen sus propias razas. En el nuestro, los pollos de corral o campero, se destacan por su carne más sabrosa. Su carne blanca y ligera, con poca grasa, fácil de digerir, lo hace muy recomendable en todas las dietas. De gran valor nutricional, contiene vitaminas, minerales y proteínas de alta calidad.

Dada su gran versatilidad a la hora de prepararlo, es un producto que no resulta aburrido comerlo, nos permite muchas variaciones, desde las más tradicionales que nos han enseñado nuestras madres y abuelas, hasta las más sofisticadas de la nueva cocina actual.

La receta de hoy, la elaboraremos con 4-6 pechugas de  pollo que habremos comprado en nuestro mercado de confianza donde obtendremos toda la información sobre procedencia, calidad y sostenibilidad en la cría de estas aves. Podemos pedir que nos corten la carne a tacos a la medida que queramos. También podemos hacer las brochetas con muslos deshuesados y partiendo de esta base, podemos combinar con otros ingredientes haciendo de esta receta una comida variada, nutritiva y muy fácil de preparar. El resultado final nos dará un plato lleno de color y sabor. Este tipo de brochetas podemos encontrarlas ya preparadas, por tanto, siempre es una opción poder comprarlas, eso sí, en un mercado de abastos de confianza.

 

 INGREDIENTES PARA 4-6 PERSONAS

4 -6 pechugas enteras cortadas a tacos

Pimentón

2 ajos

Un poco de pimienta blanca molida

Aceite de oliva virgen

Sal

1-2 tomates maduros por persona

Orégano

 

ELABORACIÓN

Dispondremos la carne una vez cortada, en un recipiente donde iremos incorporando el pimentón, la pimienta, un poco de sal, 2 cucharadas de aceite, el orégano y los ajos cortados muy finos. Mezclamos bien todos los ingredientes y dejamos macerar unas horas en la nevera. Se puede guardar de un día para otro.

Al momento de preparar la brocheta, sacamos la carne y comprobamos que ha absorbido los ingredientes de la mezcla, adquiriendo un color rojo y una textura y olor que le van a dar su sabor final tan apetitoso. Iremos poniendo los tacos en la brocheta dándole el tamaño adecuado en función del recipiente  en el que la haremos. En este caso solo la preparamos con la carne de pollo carne y podemos hacerla en una paella, asada al horno o a la barbacoa. Complementaremos el plato con unos tomates asados o braceados que previamente tendremos cortados por la mitad y condimentados con sal pimienta y orégano.

Una receta muy fácil de preparar que podemos presentar con una ensalada verde, unas patatas chips, arroz hervido, algún tipo de salsa…

 

¡BUEN APETITO!

 

 

Gazpacho de aguacate y manzana

¡VA DE SOPAS!

Ahora que el calor se hace notar, es el momento ideal para recordar nuestras recetas de sopas frías tan apetitosas y fáciles de preparar. Algunas como el ajo blanco o el salmorejo son muy conocidas, pero tal vez sea el gazpacho la que se ha hecho más popular en nuestras mesas. El gazpacho es un plato asociado al verano, su preparación muy sencilla permitía elaborarlo sin demasiadas complicaciones, si se disponía de agua, pan aceite, vinagre y algún ingrediente de la huerta. Se identifica también con una especialización geográfica que corresponde al sur peninsular. Parece ser que de ahí parte su fórmula primitiva en la que no estaba el tomate, ya que este fue introducido en nuestro país a partir del siglo XVI y no fue hasta fechas mucho más tardías cuando se empezó a emplear como uno de los ingredientes principales.

“Comida de pastores” cómo se le ha llamado, quién podía augurarle una trayectoria tan popular y conocida que ha venido a dar lugar a múltiples variantes regionales e internacionales.  Y como no podía ser menos, ¡hasta se le ha dedicado un día! Si, el Día Mundial del gazpacho, fecha en que se pone en valor a este plato y se le sitúa en su entorno más familiar: el verano.

En nuestra receta vamos a darle un punto de sofisticación, al hacerlo sin los ingredientes habituales, sustituyéndolos por aguacate y manzana, dos productos que nos inspiran garantía de salud.

El aguacate, no era un fruto tradicional en nuestras mesas, más bien empezamos a consumirlo como algo exótico llegado de tierras lejanas, es un fruto originario de México que ahora tiene un gran alcance internacional. Debido a su buena adaptación a los climas tropicales y mediterráneos, su cultivo se ha desarrollado en otros muchos lugares. El sur peninsular y las islas Canarias concentran la mayor producción nacional.

Son conocidas las propiedades del aguacate, contiene vitaminas, minerales, omega 3, proteínas vegetales y  efectos beneficiosos para el colesterol. Muy recomendado para diabéticos. Se le ha calificado como el “oro verde” y ya tiene un lugar muy habitual en nuestros platos.

La manzana está muy presente en nuestra dieta mediterránea. Se ha popularizado mucho su consumo como un fruto que se puede llevar en las mochilas o bolsos para comer entre horas. Originaria de Asia Central, llega a Europa a través de los viajes comerciales que se hacían en la legendaria Ruta de la Seda. Pronto fue cultivada en todo el mundo por su buena adaptación a los climas templados y fríos. Seguramente, no existe otro fruto que haya tenido una difusión mayor por lo que se refiere a sus propiedades alimentarias y medicinales, también a las muchas connotaciones que se le han dado en las diferentes culturas. Así desde la mitología nórdica hasta la cristiana, la manzana aparece adornada de un halo de misterio y simbología.

Aguacate y manzana, suficiente para querer probar. Pero no vamos a dejarlos solos, como gazpacho o sopa fría que haremos, los acompañaremos con algún ingrediente más.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

3 aguacates en su punto

2 manzanas verdes

Aceite

Opcional, un poco de vinagre

Sal, pimienta blanca molida

Perejil, apio

El zumo de un limón

800 ml de agua

 

ELABORACIÓN

Tendremos que ayudarnos de una batidora o robot eléctrico.

Pelaremos bien los aguacates y las manzanas, los cortaremos en trozos medianos y los rociaremos con el zumo de limón. Echamos en la batidora y añadimos  todos los demás ingredientes. Trituramos el tiempo suficiente hasta comprobar que queda una mezcla perfecta en su punto.

Si es necesario, añadimos un poco más de agua según prefiramos más o menos líquido. Guardamos en el frigorífico y al momento de servir podemos añadir un poco de jamón serrano cortado muy pequeño y fino, u otro ingrediente que sea de nuestro agrado fusionando los sabores… Combina bien con huevo duro, frutos secos… Aquí lo presentamos adornado con un poco de perejil.

Sencillo, rápido, muy suave y digestivo.

 

¡BUEN APETITO!

Fotografía de divina cocina

Calabacines rellenos de gambas y champiñones

Las verduras y hortalizas están en plena temporada y acudimos a ellas para hacer nuestras recetas más variadas, nos ayudan en esa tarea de preparar los platos que consumimos de forma diaria, trabajo nada fácil que a veces nos hace exclamar: ¡ya no sé qué hacer hoy para comer! Pero disponemos de una huerta abundante donde los frutos crecen ayudados por un buen clima y técnicas de cultivo muy experimentadas y especializadas, de modo que tenemos donde escoger los productos de calidad y de proximidad.

Uno de esos frutos es el calabacín, hortaliza originaria de América Central que pronto se cultivó en las zonas templadas del planeta, adaptada muy bien en esos climas como cultivo de regadío. España ocupa el primer lugar en producción, dentro de los países comunitarios siendo Almería una de las regiones que más produce y destina a la exportación.

El calabacín ha pasado a ser un producto muy consumido por su gran versatilidad en la cocina, podemos encontrarlo de diferentes tamaños y variedades, de piel fina y sabor un tanto dulce, se consume con piel, ya que en ella están la mayoría de sus nutrientes. Es rico en fibra, antioxidante y muy diurético. Contiene vitaminas del grupo B, también A y C y muchos minerales. Sus bonitas flores muy delicadas y perecederas tienen un alto valor gastronómico.

En nuestra receta lo vamos a cocinar al horno con gambas y champiñones dos ingredientes que, seguro, apreciamos. Escogeremos los calabacines alargados de color verde, de tamaño mediano.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

4 calabacines, 1 por persona

250 g de champiñones

2-3 gambas por persona, según tamaño

1 cebolla blanca

1 ajo

Aceite de oliva virgen

Sal

Pimienta blanca molida

Nata líquida

1 huevo

1 ramita de apio

Queso rallado a gusto para hornear

 

PREPARACIÓN

Lavamos los calabacines y con un cuchillo de punta fina, extraemos la parte interior blanca, cuidando que el calabacín no se rompa. Ponemos en la bandeja del horno los calabacines vaciados, tapándolos con papel de aluminio y los horneamos durante unos 10 minutos a 180 grados. Reservamos.

En una sartén rehogamos la cebolla y el ajo cortados bien finos a fuego bajo durante unos minutos, incorporamos la carne del calabacín que habíamos extraído y que habremos cortado también en trozos pequeños. Iremos mezclando hasta comprobar que esté bien hecho y echaremos los champiñones fileteados. Trabajaremos los ingredientes ayudándonos de una pala de madera.

Tendremos preparadas las gambas limpias y cortadas y las añadiremos junto con la ramita de apio. Dejamos enfriar.

Cuando la mezcla se haya enfriado, iremos rellenando los calabacines en la misma bandeja que los hemos horneado.

En un bol, batiremos el huevo añadiendo la nata y lo distribuiremos por el relleno de los calabacines. Si se prefiere se puede cambiar por una bechamel. Cubrimos con el queso rallado y horneamos 5-10 minutos.

Una de las muchas formas que podemos cocinar este producto, pero hay muchas más, como siempre, podemos dejar libre nuestra imaginación y creatividad.

¡BUEN APETITO!

Parrillada de verduras

Las verduras y hortalizas nos ofrecen un abanico de posibilidades donde poder escoger aquellas que más nos gustan y dar variedad y originalidad a nuestros menús. Han recorrido un largo camino desde remotas tierras hasta pasar a formar parte de nuestra alimentación Muchas de ellas surgieron de forma silvestre y cuando aprendimos a cultivarlas ya siempre las hemos tenido como parte de nuestra alimentación. Todavía hoy, en muchas zonas del planeta constituyen una economía de subsistencia y como productos de trueque, pero en el mundo rico desarrollado, cada vez más se ha ido perfeccionando su cultivo y se ha llegado a un alto grado de especialización.

Ocupan un primer lugar en la pirámide nutricional, una muy buena guía que nos enseña lo importante que es una alimentación adecuada y variada. Los últimos estudios realizados por los organismos alimentarios mundiales, como por ejemplo, la FAO, ponen en la base de esta pirámide los vegetales frescos como verduras y hortalizas y recomiendan su consumo diario. Cada vez más existe una gran cantidad de información para hacer llegar este conocimiento y hacer que la población se alimente mejor.

Las verduras y hortalizas se encuentran en nuestros mercados, su oferta es muy variada y por sí mismas constituyen un importante atractivo con sus formas y colores; hemos aprendido sus diferentes propiedades, conocemos su estacionalidad como productos de proximidad y también sabemos que su producción está regulada a través de la Política Agraria Común. Como productos perecederos que son, sujetos a la ley de la oferta y la demanda, a veces nos sorprende y preocupa que los canales de distribución no protejan a los agricultores que son los que hacen posible que tengamos esta disponibilidad del producto en nuestras paradas de confianza.

Hemos escogido diferentes productos para hacer la parrillada: espárragos, champiñones. tomates, cebolla, pimientos, calabacín y patatas. Todos ellos de temporada y de proximidad. Los espárragos silvestres los hemos podido encontrar en nuestros bosques desde febrero hasta prácticamente junio. Se ha popularizado el ir a cogerlos al campo para el consumo personal y también para venderlos de forma no comercial. No es fácil verlos in situ, ya que la planta se mezcla con otras y a veces no está muy visible, pero para los ojos expertos de algunos recolectores, no hay espárrago que se resista.

Las verduras y hortalizas tienen muchos componentes nutricionales: minerales, vitaminas, fibra, buenas para el corazón, diuréticas, antioxidantes, bajas en calorías… por tanto, las consideramos indispensables en nuestra dieta diaria.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

2 pimientos verdes

1 cebolla blanca grande

1 calabacín grande

1 manojo de espárragos. Vamos a disponer para nuestra parrillada de un manojo de espárragos verdes cultivados para la venta, son más grandes que los silvestres y se hacen muy bien al horno.

300-400 g de champiñones

6 tomates medianos

6 patatas

2 zanahorias por persona

Aceite de oliva virgen

Sal, pimienta, hierbas

 

PREPARACIÓN

Lavamos bien todas las verduras y las colocamos sobre una bandeja de horno que, previamente habremos cubierto de papel de aluminio. Los pimientos, la cebolla y las zanahorias, cortados en forma alargada. Las patatas a gajos o bien enteras si son pequeñas, los tomates cortados por la mitad. El calabacín cortado a rodajas anchas y los champiñones enteros o fileteados no muy finos. Regamos con el aceite, y sazonamos a gusto.

Ponemos en el horno a 180 grados unos 25-30 minutos controlando que se dore al punto la superficie. ¡Quién se resiste a esta combinación! Una receta de una presencia magnifica, fácil de preparar y rica al paladar.

Se sirve como plato entrante, o bien acompañando otros alimentos, si se prefiere con alguna salsa.

¡BUEN APETITO!

Guisantes con jamón

Tenemos a nuestro alcance todo un mundo vegetal que nos alimenta y nos ofrece imágenes y texturas sorprendentes para nuestros sentidos. Os podemos asegurar que todos los que hacemos esta página de recetas, valoramos y respetamos ese mundo vegetal del cual formamos parte, y en estos tiempos, en que hemos comprobado nuestra vulnerabilidad, la tierra, y las personas que la trabajan, nos han seguido ofreciendo su regalo maravilloso.

Hoy nos detenemos un poco más, en apreciar esos frutos que encontramos en nuestros mercados, dispuestos de tantas formas que nos atraen. Es un placer circular entre las paradas y disfrutar de una experiencia cada vez más valorada; los mercados se han rejuvenecido, se han puesto al día para seguir ofreciendo una venta de calidad que mantiene la tradición y la cercanía con el comprador y que, además, en muchos lugares, ya suponen un atractivo turístico.

Uno de estos frutos, es el guisante, componente de nuestra receta de hoy, perteneciente a la familia de las leguminosas, cuyo origen se sitúa en Asia y que pronto se cultivó, al igual que otras plantas silvestres en el Próximo Oriente alrededor del 10000 a.C. La llegada y su difusión por Europa se produce con las culturas del Bronce, y tenemos conocimiento de su consumo por los pueblos que se asentaban en las costas mediterráneas. Es un cultivo que se adapta muy bien en las zonas de climas templados.

Su recorrido alimentario ha sido diverso, desde ser usado como grano seco para ganado, hasta llegar a las mesas de las clases adineradas, en la actualidad, ha pasado a ser un producto de temporada muy utilizado en las recetas más cotidianas, y también valorado en la alta cocina por los más importantes chefs. Algunos de ellos, pensamos que con mucho acierto, lo han calificado como las  «lágrimas verdes». El cultivo en nuestro país se extiende sobre todo por las dos Castillas, donde ha pasado a tener un importante lugar en la producción agrícola,  siendo un producto que genera no solamente beneficios económicos, también presenta unos parámetros de sostenibilidad para un futuro más verde. Y “oro verde” es como se le conoce en las tierras del Maresme barcelonés, por su textura y sabor.

Debemos incluir en nuestra dieta el consumo de guisantes por sus propiedades beneficiosas para la salud, contienen proteína vegetal, fibra, vitaminas y minerales. Nos ofrecen una gran versatilidad a la hora de prepararlos y resulta fácil su elaboración. Cuando se presentan a la mesa, llaman la atención de niños y mayores por su bonito color, y una vez se prueban, seguro que pasan a formar parte de nuestra alimentación.

Vamos a preparar la receta que nos resultará muy fácil.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

700-800 g de guisantes limpios. Podemos comprarlos ya desgranados

1 cebolla blanca grande

125 g de jamón en un trozo

Aceite de oliva virgen

1 vaso de vino blanco

Sal

Pimienta blanca molida

 

ELABORACIÓN

En una cazuela con agua ponemos a hervir los guisantes durante unos 15 minutos. Pasado este tiempo, escurrimos y reservamos.

En una sartén, sofreímos la cebolla hasta que esté pochada.

Cortamos el jamón a taquitos y lo incorporamos a la sartén, echamos el vino blanco y dejamos evaporar.

Añadimos los guisantes mezclando bien todos los ingredientes y ponemos sal y pimienta a gusto. Dejamos reposar y ya podemos presentar el plato. Siempre se puede añadir nuestro toque personal con albahaca, menta, huevo duro, butifarra…

¡BUEN APETITO!

Caldereta de rape y gambas

Uno de los muchos platos marineros que solían elaborarse en las cocinas de los barcos que faenaban en busca de pesca. La materia prima de estos guisos, se encontraba cercana y disponible, constituyendo la base de la alimentación durante las largas temporadas que los pescadores permanecían en el mar. Curiosamente, el rape de nuestra receta, no era uno de los más apreciados y en ocasiones se descartaba su preparación. ¿Por qué sería? ¿Tal vez por su desagradable apariencia?  Es cierto que la tipología de este pez resulta un tanto intimidante, presenta un aspecto feroz, con su gran cabeza y la boca repleta de grandes dientes que le convierten en un hábil depredador en las profundidades en las que se encuentra.

La pesca ha sido desde siempre una de las primeras actividades productivas que ha favorecido el consumo y el surgimiento de una economía en torno al sector pesquero. Sabemos por testimonios gráficos que ya desde tiempos antiguos las capturas de las diferentes especies, dieron lugar a una industria muy desarrollada en las costas mediterráneas. En los numerosos mosaicos de las villas romanas, sobre todo en las costas peninsulares, podemos encontrar imágenes que son como un muestrario de la pesca en esos tiempos. Imágenes que nos dicen la gran variedad de peces conocidos que no solo servían como alimento, si no, que también creaban todo un mundo de mitos y simbología. Podemos verlas muy próximas a través de nuestro rico patrimonio y no es difícil reconocer en ellas semejanzas con los dos ingredientes principales de la receta que vamos a elaborar.

Vamos a preparar una caldereta con rape, un pescado blanco muy saludable y sabroso que contiene poca grasa y es muy rico en vitaminas y minerales. Lo complementaremos con unas gambas de nuestro Mare Nostrum y una contundente salsa que nos hará sentirnos como auténticos chefs.

Como siempre, buscamos la garantía de productos de mercado y de confianza.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1 rape de 2 kg

8 gambas, mejor que sean grandes

4 patatas

2 ajos, 2 tomates

Sal, pimienta, aceite de oliva virgen y una cucharada de pimentón

 

PARA LA PICADA

2-3 rebanadas de pan

12 almendras crudas

3 ajos

 

PARA EL CALDO

La cabeza de rape limpia y cortada.

2 ajos, 1 puerro y 1 cebolla

2 hojas de laurel

2 zanahorias

Un poco de perejil fresco, o en su lugar, una rama de apio

2,5 litros de agua

 

ELABORACIÓN

Podemos preparar el caldo con antelación y así simplificamos la preparación.

En una cazuela, sofreímos los tomates rallados y los ajos, añadimos el pimentón y un poco de caldo dejando hervir unos 2-3 minutos. Incorporamos las patatas cortadas en rodajas o enteras según se prefiera y el caldo suficiente para que hierva unos 15 minutos más. Reservamos parte del caldo por si hubiera que añadir.

En una sartén, salteamos los ajos finamente picados y las almendras enteras, reservamos y en el mismo aceite, tostamos las rebanadas de pan. Picamos todo ayudándonos de una picadora eléctrica y lo añadimos a la cazuela.

Tendremos el rape ya preparado, cortado en 4 trozos, lo salpimentaremos y lo añadiremos junto con las gambas que podemos poner con o sin cáscara. Dejamos hervir unos 10 minutos hasta comprobar que la textura del rape esté en su punto.

Una receta sabrosísima

¡BUEN APETITO!