Menestra suprema de verduras

Con gusto vamos a presentar uno de los platos más colorista, saludable y fácil de preparar de la gastronomía popular. Tal vez sea una de las recetas que más nos ofrezca toda una serie de posibilidades a la hora de escoger los ingredientes con los que vamos a elaborarla. Podemos hacerla completamente vegetariana con las verduras y hortalizas de la huerta, de temporada y de proximidad, seleccionando aquellas que más nos gusten. Sean cual sean las que utilicemos, nos quedará una receta nutritiva, muy saludable por su aporte de minerales, vitaminas y fibra.

Un plato que mezcla verduras y hortalizas y que por tanto, podemos decir que era conocido y elaborado de forma muy habitual al estar al alcance de las economías que podían disponer de estos productos en los huertos familiares. Plato que se enriquecía mezclándolo con legumbres y embutidos procedentes de la matanza del cerdo.

Se encuentra en las cocinas regionales como una receta asociada a los productos de huerta, lo que ha dado lugar a variedades diferentes según el territorio, así en nuestro país existen menestras con nombre propio: menestra murciana, castellana, andaluza o menestras de la Ribera del Ebro. De este último grupo es muy popular la menestra tudelana que responde a unos criterios un tanto más estrictos, al estar hecha solo con 4 ingredientes muy estacionales: alcachofas, espárragos, guisantes y habas. En la variedad andaluza se introduce el huevo, guisándolo en la última cocción del plato y también se complementa con langostinos.

Nuestra receta la vamos a realizar con diferentes verduras, todas ellas las podemos encontrar en el mercado con la garantía y calidad de los productos frescos. Procuraremos que sean productos de temporada, tal como se aconseja en la cocina sostenible. Muchos de estos productos, en su origen llegaron de lugares muy lejanos, pero pronto se incorporaron a la cocina occidental y ahora constituyen la base de numerosos platos, por tanto, la menestra tiene categoría de plato internacional.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

500 g de judías verdes

300 g de guisantes

5 – 6 alcachofas

1 coliflor

1 cebolla blanca o de Figueres

3 zanahorias

4 patatas

2 ajos

125 g de chorizo

Aceite de oliva virgen

Sal, pimienta

1 rama de apio

1 taza de caldo de verduras. Utilizaremos el caldo de hervir las verduras.

 

ELABORACIÓN

Hervimos por separado las judías troceadas, los guisantes y las patatas enteras con la piel. Reservamos. Guardamos el caldo de las verduras.

Lavamos las alcachofas previamente cortadas en cuatro trozos y las salteamos en una paella hasta que estén más o menos al dente. Aparte salteamos la coliflor cortada con cuidado para que no se deshaga.

Pocharemos la cebolla, y las zanahorias cortadas a gusto. Retiramos y en ese mismo aceite, salteamos el chorizo cortado y los ajos finamente picados.

Pelamos las patatas y las cortamos a tacos no muy pequeños

En un recipiente grande ponemos todos los ingredientes, echamos el caldo y mezclamos todo a fuego lento durante 2-3 minutos. Salpimentamos y finalmente, adornamos el plato con la frescura y el sabor del apio. Podemos servir en el mismo recipiente.

También se suelen añadir 1-2 huevos duros para que quede como plato único.

Dentro de las muchas formas de preparar la menestra, esta nos ha parecido sencilla y rápida. Si se prefiere y se dispone de más tiempo, la coliflor y las alcachofas se pueden añadir fritas rebozadas con huevo y harina, una vez estén a punto los demás ingredientes.

¡BUEN APETITO!

 

Salteado de tiras de pollo con verduras

Encontramos en esta carne un mundo de posibilidades para incorporarla a nuestros menús, de hecho, es una de las más consumidas en nuestro país durante todo el año y en recetas anteriores hemos destacado su papel tan valioso como gran aliado para nuestra alimentación, por su precio y la facilidad de poder encontrarla en los mercados de proximidad. Este elevado consumo, a veces ha provocado lo que los productores de este tipo de carne, han llamado “su banalización” refiriéndose a las fluctuaciones a la baja de los precios, en ocasiones, por debajo de los costes de producción, y también la competencia provocada por las importaciones que hacen necesario poner en valor este producto.

La importancia del sector avícola en nuestro país constituye uno de los puntales de la producción final agraria y ha dado lugar a toda una geografía de explotaciones distribuidas por todo el territorio, centrando su mayor concentración en Catalunya, Andalucía, Galicia y La Comunidad Valenciana.

Ave que llegó del continente asiático, donde fue domesticada en época Neolítica, según demuestran datos arqueológicos y que en muchas sociedades pasó a ser un símbolo con connotaciones culturales y religiosas.

Durante algún tiempo su carne fue poco apreciada, ya que se valoraba más otro tipo de aves de caza como el faisán y la perdiz, pero fue ganando terreno por la facilidad de su cría como animal doméstico y lo que representaba en las economías familiares, dado su aporte en carne y huevos.

Su carne blanca y ligera, con poca grasa, fácil de digerir, la hace muy recomendable en todas las dietas. De gran valor nutricional, contiene vitaminas, minerales y proteínas de alta calidad.

Existen muchas variedades, prácticamente podemos decir que tienen un alto grado de especialización geográfica, ya que la mayoría de países tienen sus propias razas. En el nuestro, los pollos de corral o campero, se destacan por su carne más sabrosa.

La receta de hoy, la elaboraremos con 4 pechugas de  pollo que habremos comprado en nuestro mercado de confianza que nos puede dar información sobre procedencia, calidad y sostenibilidad en la cría de estas aves. Podemos pedir que nos las corten a tiras, del grosor que sea más de nuestro agrado, o bien cortarlas al momento de hacer la preparación.

 

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

4 Pechugas enteras

Pimentón

Pimienta

2 Ajos

Aceite de oliva virgen

Sal

 

PARA LA GUARNICIÓN DE VERDURAS

1 Calabacín

1 Cebolla blanca o de Figueres

1 Pimiento rojo, 1 pimiento verde

2 Zanahorias

Media coliflor

Una rama de apio

 

PREPARACIÓN

En un bol ponemos a macerar las pechugas cortadas a tiras con aceite, sal, pimienta blanca molida, pimentón y los ajos cortados finos. Reservamos en el frigorífico durante unas 2 horas.

Cortamos las verduras a taquitos o en Juliana, y la coliflor en trozos medianos para que no se deshaga. En una paella salteamos las tiras de pollo hasta que cojan un bonito color dorado, retiramos y reservamos a la temperatura que deseemos al momento de consumirlas. En el mismo aceite salteamos las verduras por separado: pimientos y cebolla juntos, el calabacín y las zanahorias y por último la coliflor. En la misma bandeja donde sirvamos las tiras de pollo, ponemos las verduras  a un lado o alrededor de la carne. Picamos la rama de apio y la distribuimos por toda la superficie del plato. ¡Y ya está listo!

Sencillo, apetitoso, saludable…

¡BUEN APETITO!

 

Hamburguesa vegana de garbanzos y coliflor

Con esta receta nos vamos a aproximar a una cocina que se aparta del mundo alimentario tradicional para introducir un modo diferente de ver los alimentos que consumimos. La comida vegana se dio a conocer a mediados del siglo pasado a través de la difusión realizada por la mente vegana que la creó: Donald Watson, un vegano convencido que ideó los principios de lo que más tarde pasaría a ser, no solo, una manera de alimentarse, sino que tomaría carácter de aportación social y modo de vida que defiende conceptos éticos humanísticos y que ha ido generando cada vez más adeptos.

El veganismo, como conocemos, excluye cualquier producto comestible que proceda de los animales y se basa en elaborar una dieta muy baja en grasas, en la que las legumbres, los frutos secos, las semillas, las verduras y las frutas constituyen los aportes alimentarios básicos que en cierto modo, nos transmiten aires de raíces orientales. La comida vegana, en la actualidad, da respuesta a una demanda cada vez más numerosa y ha creado un mercado ecológico, sostenible y de proximidad con alimentos preparados, muchas veces de forma artesanal, y con un gran respeto hacia el medio ambiente.

Nos puede parecer una forma novedosa de alimentación, pero ya se conocía en la antigüedad, y no nos sorprende, pues el mundo antiguo nos ha dejado un legado de recetas y fórmulas que seguimos utilizando.

Ya hemos mencionado los productos básicos sobre los que se sustenta esta dieta, y posiblemente hemos pensado, que sí, que son variados y muy saludables, pero debemos también tener en cuenta que no sustituyen completamente a todos los nutrientes de la pirámide alimentaria, por tanto, conviene reponer la escasez de algunas vitaminas, proteínas y minerales con aportes que completen ese tipo de nutrientes, y tal vez, si decidimos pasarnos al veganismo, consultar con nutricionistas expertos.

En nuestro país, la llegada de la cultura vegana parece ser que llegó a finales del siglo pasado, a través del conocimiento de su significado y su diferenciación con lo vegetariano aunque comparta algunas características, de hecho muchos estudios la contemplan como una evolución más estricta de las ideas vegetarianas.

Como alternativa y en cualquier caso, no es necesario reducir hasta el extremo nuestra alimentación, una dieta como la mediterránea equilibra nuestros parámetros de vida saludable.

Vamos pues a ver qué tal nos queda una rica y saludable hamburguesa vegana, y escogemos hacerla con garbanzos y coliflor, aunque esta preparación admite otros muchos alimentos que podemos adaptar a nuestros gustos. Como siempre, recomendamos que todos los ingredientes sean de mercado.

 

INGREDIENTES PARA 6 – 8 HAMBURGUESAS     

400 g de garbanzos hervidos

½ coliflor

2-3 patatas medianas

1 cebolla grande

1-2 ajos

Orégano

Pimienta, sal

Pan rallado

 

ELABORACIÓN

Hervimos los garbanzos, las patatas y la coliflor por separado. Los garbanzos, si se prefiere, podemos comprarlos ya hervidos. Escurrimos bien todos estos productos y los ponemos en un bol.

En una sartén, sofreímos la cebolla y los ajos bien picados, a fuego lento, hasta que la cebolla quede caramelizada. Este sofrito lo incorporamos al bol junto con un poco de orégano, sal y pimienta al gusto, con un tenedor mezclamos todo hasta obtener una masa homogénea. Tiene que quedar bastante espesa para que, al hacer la hamburguesa, esta no quede demasiado blanda. Podemos espesar añadiendo un poco de pan rallado. Reservamos en el frigorífico una hora más o menos y ya podremos dar forma a las hamburguesas que iremos colocando en una bandeja de horno.

Una vez estén preparadas espolvoreamos la hamburguesa con orégano para darle el toque final. Horneamos durante 5-10 minutos.

Al momento de servir en mesa, las sacaremos con una pala plana para que no se rompan. Decoramos el plato con una ensalada y con un bol de salsa de tomate casera que tendremos preparada. Quedan deliciosas al paladar y a la vista.

 ¡BUEN APETITO!

Quiche de jamón de york

Hablemos de las masas: todas ellas tienen un recorrido culinario amplio y variado que posiblemente surge con el descubrimiento de los cereales panificables y que constituyen la base alimentaria en las culturas primigenias, como recurso al alcance en las dietas más sencillas y diarias. Siguen estando presentes en la cocina actual, en todos los países, adaptadas a los gustos y tradiciones.

En recetas anteriores, hemos explicado sus propiedades y su versatilidad a la hora de utilizarlas en nuestros menús. Su fácil elaboración nos anima a prepararlas y tenerlas disponibles para el momento en que queramos consumirlas, ya que se pueden congelar o guardar refrigeradas durante unos días.

Podemos escoger darles forma con múltiples recetas, presentarlas como aperitivo, plato principal, llevarlas de picnic, en fiestas y reuniones, en todo momento nos harán quedar como auténticos chefs, ya que resultan espectaculares por su colorido y variedad en los ingredientes que utilicemos.

Nosotros hoy pensamos en un quiche, mucho se ha escrito sobre ellas, y seguro, que hemos oído y probado la famosa quiche Lorraine, si, con mayúscula, porque toma su nombre de una región de Francia, y parece ser que de ella derivan todas las demás que han ido surgiendo y que han dado lugar a muchas variantes. En sus orígenes, esta masa con la que hoy hacemos las quiches, constituía un alimento bastante extendido y que se hacía con los restos del pan sobrante cuando el pan se hacía en las casas. Estos restos eran aprovechados mezclándolos con huevos y leche hasta formar una masa comestible. Pero esta fórmula, no tardó en pasar a  las mesas de las clases acomodadas, incluso aristocráticas, según hemos podido constatar a través de fuentes escritas, y convertirse en un plato exquisito que admitía todo tipo de ingredientes.

Prepararemos la quiche, haciendo nuestra propia masa y si tenemos compañía en la cocina, mucho mejor, a los niños les encanta participar batiendo los huevos y disponiendo los ingredientes en el molde. Es un plato que suele gustarles, especialmente esta de jamón y queso. Podemos utilizar harinas alternativas a la industrial, pregunta en tu mercado de confianza.

 

INGREDIENTES PARA 1 QUICHE

PARA HACER LA MASA

200 g de harina del tipo que apetezca

40 g de mantequilla

Agua, medio vaso pequeño

Aceite, medio vaso pequeño.

Un poco de sal y pimienta

 

PARA EL RELLENO

250 g de jamón de york

150 g de queso, opcional a gusto

200 ml de nata para cocinar

2 huevos

Orégano y nuez moscada

Queso rallado para hornear

 

PREPARACIÓN

En un bol, echaremos todos los ingredientes para preparar la masa mezclando bien y amasando hasta formar una bola homogénea que envolveremos en papel film y dejaremos reposar un par de horas.

En un recipiente de horno extenderemos esta masa, cubriendo bien y recortando los bordes. Ya tendremos cortados a tiras finas el jamón y el queso, los distribuimos por toda la masa; batimos los huevos con la nata, la sal y la pimienta y lo incorporamos a la quiche. Espolvoreamos con el orégano y la nuez moscada y por último, cubrimos con el queso rallado. Con el horno previamente caliente a 180 grados, horneamos la quiche aproximadamente unos 20 minutos. Comprobamos que ha quedado hecha y retiramos. Podemos presentarla en la mesa en el mismo recipiente o bien fuera de él. Servimos acompañándola con una ensalada a gusto. Esta receta sencilla y rápida admite otras muchas variaciones, tantas como ingredientes podamos imaginar o tengamos en nuestro fondo de cocina.

Si optamos por comprar la base, que sea brisa o quebrada, también en ocasiones la hemos preparado con hojaldre.

¡BUEN APETITO!

Huevos rellenos con atún y mayonesa

No vamos a olvidarnos de los huevos, un recurso alimentario que forma parte de nuestra dieta más cotidiana y que nos permiten mil y una combinaciones nutritivas y muy saludables. Son un alimento de larga historia, porque en su forma silvestre, los humanos ya lo consumían. Acompañan a la agricultura y a la domesticación de animales tal como reflejan restos arqueológicos. En muchas culturas antiguas han estado considerados como símbolos mitológicos, artísticos y religiosos. Muchas creencias populares han llegado hasta la actualidad y son ejemplo de tradiciones transmitidas a través de generaciones. Una muestra la encontramos en el mundo cristiano con los vistosos y decorados huevos de Pascua.

Como todo producto que esté sujeto a un consumo masificado, los huevos han sufrido todo un proceso de industrialización, aunque ahora, parece que se vuelve a los orígenes buscando una producción más equilibrada y sostenible y que está regulada mediante calidades, así que se presentan con un sello de identidad. Los encontramos en el mercado de distintas procedencias: de granja, de gallinas criadas en libertad, de corral, ecológicos… Incluso envasados y pasteurizados. También de diferentes tamaños y aves.

Podemos comerlos sin recelo, la producción pasa rigurosos controles sanitarios y en su código de envasado hay mucha información que tal vez desconocemos, pero que nos dice el país, región o el lugar de donde proviene.

A la hora de preparar una receta con huevos, hay todo un abanico de posibilidades, llenaríamos muchas páginas destacándolas. Los hemos comido de múltiples formas, ya que son muy versátiles y nos han sacado de apuros a la hora de improvisar, ya que fritos suelen gustar casi a todos. Pero no solo fritos, escalfados, cocidos, pasados por agua, al plato, rotos, en tortilla, revueltos… y así según sigamos, imaginando o innovando en platos tanto salados como dulces.

Producto internacional en muchos menús, recordemos el famoso desayuno inglés en el que ocupan un lugar destacado, o los huevos a la ranchera, que en México se sirven acompañados de verduras frescas y aguacate. Podíamos hacer un largo paseo por las cocinas del mundo y encontraríamos algo en común en las recetas con huevo: un aspecto delicioso que entra por la vista e invita a degustarlos.

Vamos a presentar una preparación que parece ser que es de origen italiano: huevos rellenos con atún y mayonesa. Una receta apetitosa y fácil de preparar con gran aceptación en nuestras comidas familiares, los huevos siempre de tu mercado de confianza.

 

INGREDIENTES

1 huevo y medio por persona. Orientativo

1 bote de mayonesa

2 latas de atún o bonito en aceite

Aceitunas

Pimiento rojo asado.

Opcional, pepinillos cortados bien finos

 

PREPARACIÓN

Ponemos los huevos en un recipiente cubiertos con agua y los hervimos durante 8-10 minutos. Retiramos del fuego y los pasamos por agua fría, de este modo se pelan mejor. Los cortamos a lo largo por la mitad y sacamos con una cuchara la yema que ponemos en un bol. La mezclamos con el atún y unas cucharadas de mayonesa hasta obtener una masa homogénea. Con esta masa rellenamos los huevos en la proporción que deseemos y los cubrimos con mayonesa. Podemos decorar con aceitunas y una tira de pimiento rojo asado. El plato queda muy bien acompañado de una ensalada verde.

Esta misma preparación se puede hacer rebozando los huevos con pan rallado y friéndolos o también al horno.

Una receta barata y rápida con grandes propiedades nutricionales.

 

¡BUEN APETITO!

 

 

 

Empanadillas con pisto y atún

Podemos decir que la empanadilla viene a ser la hermana pequeña de la famosa empanada, una especie de torta o tortilla hecha con una masa de harina a la que se le puede dar diferentes formas y tamaños y que, se suele rellenar con todo tipo de ingredientes salados o dulces. De carne, verduras, atún, queso, frutas, hortalizas… Típica en muchos países, podemos encontrarla en sus múltiples variedades regionales, pero seguro, que al hablar de empanada, pensamos en la gallega, manjar que ocupa un lugar propio incluso, hasta en la literatura y el arte.

Su consumo se remonta a la época clásica, y en la Península era conocida ya desde el Medievo. Su fácil preparación y al ser elaborada con productos muy caseros, hizo que pronto adquiriera una difusión por todo el territorio y se convirtiera en un recurso alimentario al alcance de las economías domésticas.

Partiendo de una base de harina de maíz o trigo, que se puede presentar de forma redonda, rectangular, de media luna o en tartaletas, la imaginación se dispara a la hora de preparar el relleno. Podemos imitar la empanada del Bierzo, la gallega, el hornazo salmantino… o cualquier otra variedad local, en todas ellas los ingredientes son variados y se pueden combinar. Y si queremos pasar a las recetas internacionales, hay todo un muestrario, ya que compartimos este plato con Hispanoamérica y el mundo anglosajón. Pero la idea de comer sobre una masa de harina, se encuentra en todas las culturas desde tiempos remotos y se ha ido adaptando a las modas y a los gustos del momento. La presencia de este tipo de comida ha merecido darle un lugar destacado en el mundo culinario, así que ya celebramos el Día Internacional de la Empanada todos los días 8 del mes de abril.

La forma de prepararla, requiere disponer de la base para el relleno. Se puede comprar ya preparada en forma de obleas refrigeradas, pero su elaboración no es difícil y si nos disponemos a prepararla en casa, es un buen modo de introducirnos en el mundo de las masas. Además una vez hecha si nos sobra podemos guardarla en un recipiente hermético y reservarla para hacer cualquier otra receta.

Así, que haremos la forma pequeña de la empanada con la masa que prepararemos en casa.

 

INGREDIENTES PARA 20 EMPANADILLAS

PARA LA MASA

250-300 g de harina de trigo, si preferimos, puede ser integral

40 g de mantequilla

1 o 2 tazas de agua

Sal

 

PARA EL RELLENO

1 pimiento verde

1 pimiento rojo

1 calabacín

1 cebolla blanca

1 bote de tomate triturado de 400 g, o 3 tomates maduros

1 lata de atún

Un poco de orégano

 

PREPARACIÓN

La masa la vamos a preparar calentando un poco el agua y la mantequilla Una vez diluida la mantequilla, se incorpora la harina, el huevo y un poco de sal. Trabajamos bien la masa encima de una superficie cubierta con un poco de harina para que no se pegue, hasta que adquiera una textura homogénea y dejamos reposar unos 20 minutos. Una vez pasado este tiempo cortamos la masa en trozos pequeños y hacemos unas bolas que aplanaremos con el rodillo hasta formar la medida que queramos para cada empanadilla.

Habremos sofrito los ingredientes del pisto, cortados finos, mezclamos con el atún y dejamos reposar en la nevera. Para que la empanadilla resulte perfecta, este relleno tiene que quedar bien espeso  para que no suelte líquido y sea más fácil su colocación.

Extenderemos la oblea y pondremos un poco de relleno, doblamos y marcamos con la punta de un tenedor los bordes de la misma. Ahora escogemos cómo acabar la preparación, bien friendo las empanadillas en aceite precalentado, o al horno, colocadas encima de papel de hornear. De esta última forma quedan más ligeras y están igualmente deliciosas. Presentamos acompañadas con una ensalada verde y un bol con un poco del sofrito del relleno. Y… ¡Ya está listo para comer!

 

¡BUEN APETITO!

 

 

Buñuelos de bacalao

BUÑUELOS DE BACALAO

Hoy una receta muy sencilla y apropiada para estas fechas hechas con bacalao, un ingrediente que ya lo hemos utilizado en una receta, en la que explicábamos sus características en cuanto a origen, consumo y beneficios para la salud. Alimento muy versátil y de larga duración, dada su conservación en sal. Plato típico en muchas regiones peninsulares, preparado de múltiples formas. El bacalao es un pescado blanco, de temporada, con enormes propiedades alimentarias, tiene proteínas, vitaminas, omega 3… Se encuentra en los mercados fresco y conservado de distintas formas. Si lo usamos salado habrá que proceder a su desalado para eliminar el exceso de sal, y consumirlo con cierta precaución en dietas  bajas en sodio.

Las capturas en las costas europeas están muy controladas y sujetas a leyes que intentan   preservar esta pesca para las generaciones futuras, en este sentido, la UE lleva a cabo una política de control de las capturas. Es por ello que todo el bacalao que llega a nuestro país, cumple los requisitos de sostenibilidad y tratamiento.

En nuestro imaginario culinario, hay platos que presentan unas connotaciones singulares por lo que nos pueden aportar en sensaciones personales, y creemos que el de hoy, puede transmitir, recuerdos de olores y sabores muy cercanos, asociados a momentos vividos en nuestro núcleo familiar, cuando se preparaban unos ricos buñuelos.

Vamos pues, con la receta de esta semana, típica para estos días y fácil de preparar.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

400 g de bacalao desmigado o lomos. El desmigado simplifica la preparación

150 g de harina

3 huevos

1 paquete de levadura

2 ajos

Perejil

Azafrán o colorante

Aceite de oliva virgen

 

PREPARACIÓN

Tendremos el bacalao ya desalado y desmigado. Lo pondremos en un bol junto con el perejil y los ajos picados. Si es de nuestro gusto, podemos triturar todo un poco para que quede más mezclado. En el mismo bol, agregamos la harina, el azafrán, la levadura y los huevos. Mezclamos todo bien, con el robot de cocina, o a mano con un tenedor. Si vemos que la masa ha quedado un poco espesa, podemos añadir un poco de leche. Dejamos reposar a temperatura ambiente o en el frigorífico.

Al momento de freír los buñuelos, lo haremos en una sartén, con una cantidad de aceite suficiente para que se hagan bien. Iremos cogiendo con una cuchara sopera un poco de la masa que hemos preparado y la echaremos en el aceite caliente. No hay que hacer demasiados a la vez. Una vez los buñuelos estén hechos, los dejaremos reposar sobre papel absorbente para que pierdan un poco del aceite.

El resultado es muy colorido y apetitoso.

Se pueden comer calientes  fríos, como aperitivo acompañando las comidas principales…

Una sugerencia: Al día siguiente, en el momento del desayuno, con café con leche, resultan de lo más. Puede parecer sorprendente, pero el maridaje es perfecto.

-La harina podemos utilizarla de cualquier variedad

-La leche puede ser a nuestro gusto, vegetal, semi, entera…

-Se puede cambiar la levadura por cerveza

 

¡BUEN APETITO!

 

Salpicón de merluza y gambas

Un plato muy conocido que habremos consumido en alguna ocasión y que se suele presentar en celebraciones festivas como bodas, bautizos, comuniones… A pesar de la variedad de ingredientes que se pueden utilizar, resulta muy fácil de preparar y se puede dejar hecho de un día para otro. Su secreto está en saber combinar los sabores y utilizar productos de calidad y frescura.

En su origen, este plato se elaboraba con carne de vacuno picada y mezclada con diferentes verduras, como alimento para familias que podían disponer de estos productos. Esta forma se sigue utilizando en muchas regiones de nuestro país, y en territorio americano se suele preparar con carne de res deshilachada. Los condimentos y las salsas también varían en función de las costumbres culinarias.

El salpicón de carne ha derivado a introducir otro tipo de ingredientes como los frutos del mar, y en las zonas costeras peninsulares, al disponer de esa rica materia prima, se ha popularizado el salpicón de pescado y marisco y su consumo ya es más habitual incluirlo en las recetas de uso frecuente.

En nuestra receta, utilizaremos merluza y gambas, de mercado y de proximidad, así como productos frescos de la huerta, pero podemos prepararlo al modo gallego, andaluz… o de otras formas regionales, añadiendo pulpo, centollo, rape…

Un plato lleno de color y sabor que nos permite hacer múltiples variaciones según nuestros gustos, añadiendo aquellos ingredientes más apetecibles y que estén disponibles en temporada. El resultado será un salpicón rico y nutritivo.

 INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

500 g de gambas, opcional langostino

500 g de merluza

1 cebolla tierna de temporada

1 pimiento italiano grande

1 pimiento rojo

1 paquete de palitos de Surimi

4 huevos duros

2 hojas de laurel

1 cucharada grande de pimentón dulce

Perejil

Lechuga, escarola, o alguna ensalada verde de brotes tiernos

PARA LA VINAGRETA

Aceite de oliva virgen

Vinagre, opcional el tipo, puede ser aromatizado a gusto.

Pimienta y sal

Opcional, un aguacate, cortado en trocitos pequeños, combina muy bien con los diferentes sabores

PREPARACIÓN

En una cazuela, herviremos las gambas durante 2- 3 minutos. También herviremos la merluza echando en el agua las hojas de laurel y un poco de sal. Reservamos y dejamos enfriar. Quitaremos la piel de las gambas.

En un bol de tamaño suficiente para que nos quepan todos los ingredientes, echaremos las gambas cortadas, reservando unas cuantas enteras para decorar y la merluza cortada en tacos medianos para que no se desmigue demasiado. Habremos picado los pimientos y la cebolla tipo Juliana, y los añadiremos junto con los palitos de Surimi también cortados. Mezclamos todo y echamos la vinagreta removiendo con cuidado. Se puede dejar un rato para que maceren bien todos los ingredientes.

Al momento de consumir, la presentación podemos hacerla en el mismo bol, en recipientes individuales o en una bandeja, donde previamente habremos puesto una base con la lechuga cortada fina, distribuyendo el salpicón de forma homogénea, finalmente decoramos con los huevos duros cortados a gusto, las gambas enteras, y espolvoreamos el pimentón y el perejil. ¡Y listo!

¡BUEN APETITO!

Potaje de Cuaresma

¡Quién no recuerda aquellos tiempos en que la carne más o menos desaparecía de nuestras mesas! Una costumbre impuesta por mandato religioso que durante todo el tiempo de Cuaresma impedía el consumo de carne y productos derivados. Entonces había que buscar alternativas para no incumplir esta norma y el pescado se convertía en el sustituto perfecto. Pero no era nada fácil su pesca y  distribución lo que favoreció, que en las zonas del interior peninsular, sobre todo, se consumiera en salazón. Este procedimiento permitía disponer de productos de mar conservados durante mucho tiempo y el bacalao era uno de los más consumidos.

El bacalao vino a constituir la base para muchos platos y pronto se cocina junto con otros ingredientes como un potaje o guiso en los días de Cuaresma. Desde tiempos medievales existen documentos que mencionan ya la receta de lo que se llamó “potaje de vigilia” y que también conocemos como “potaje de garbanzos con espinacas y bacalao”.

Como otros muchos, surge de la necesidad de proporcionar a las familias un plato nutritivo que puede ser cocinado en cantidad y que pueda estar al alcance de las clases populares, aunque el bacalao, era considerado un producto especial, el hecho de destinarlo a un consumo en unos días determinados, lo hacía más asequible.

En la actualidad, este potaje, aún sigue asociado a la Semana Santa como un plato tradicional, seguro que recordamos a nuestras madres y abuelas preparándolo en esas fechas, pero ha pasado a ser una receta cotidiana que podemos preparar en múltiples ocasiones y que se incluye muy bien como plato invernal y de cuchara. Bacalao, garbanzos y espinacas los tres ingredientes para esta receta.

Los garbanzos son una de las leguminosas más aceptadas en nuestro país. Es un cultivo sostenible en todo el ámbito mediterráneo. Son fuente de proteínas vegetales, vitaminas, minerales, fibra… saludables para el colesterol. Un alimento muy completo que debería ser incluido en los menús semanales de adultos y niños.

El bacalao es un pescado blanco, de temporada, con enormes propiedades alimentarias, tiene proteínas, vitaminas, omega 3… bajo en grasas y en calorías.

Al incluir las espinacas en esta receta, estamos enriqueciéndola, ya que son una verdura de hoja verde con grandes propiedades nutricionales, vitaminas, minerales, fibra y un alto valor antioxidante.

Hacemos la compra en nuestro mercado de proximidad y nos aseguramos de la calidad de los productos que vamos a necesitar para elaborar esta receta.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

400 g de garbanzos

400 g de lomo o tiras de bacalao seco

1 manojo de espinacas frescas, aprox. 300 g

2 cebollas

3 ajos

2-3 hojas de laurel

2 zanahorias

1 pimiento verde italiano no muy grande

2-3 cucharadas de tomate triturado

2 cucharadas de pimentón dulce

Una ramita de apio

Sal y un poco de aceite de oliva virgen para el sofrito

PREPARACIÓN

Cubrir los garbanzos con agua la noche antes, el bacalao también lo habremos puesto en remojo, previamente lavado para quitar la sal, durante uno o dos días cambiando el agua varias veces.

En una cazuela  con agua, hervimos los garbanzos junto con la cebolla, el laurel, 2 ajos y la zanahoria. Cuando hayan hervido, retiramos todo dejando sólo los garbanzos.

En una sartén sofreímos la cebolla y el ajo restantes junto con el pimiento y el apio cortados en trocitos pequeños, añadimos el tomate y removemos hasta que todo esté bien integrado. Cuando esté hecho el sofrito incorporamos el pimentón. Por último, el bacalao cortado a nuestro gusto y dejamos rehogar unos 2-3 minutos.

Tendremos preparadas las espinacas que habremos lavado, cortado y  las herviremos con los garbanzos, 1-2 minutos. Incorporamos a la cazuela todos los ingredientes con cuidado para que el bacalao no se rompa y dejamos hervir 1-2 minutos más. Retiramos y mejor dejarlo reposar un rato hasta el momento de servir.  Comprobamos la sal y podemos adornarlo con huevo duro y perejil

*Recordar, los garbanzos echarlos con el agua tibia y si se prefiere podemos comprarlos ya hervidos.

¡BUEN APETITO!!

 

Mejillones en salsa

Seguramente cuando preparamos una receta de mejillones, no pensamos que estamos cocinando un molusco prehistórico, pues, así es, ya que las costas peninsulares han sido su hábitat natural desde hace millones de años y existen numerosos testimonios arqueológicos de que los humanos ya lo recolectaban y su consumo era un importante aporte en la dieta de estos grupos primitivos.

Es un animal gregario que se encuentra en las costas de los mares templados y fríos, en zonas donde abunda el plancton, colonizando las rocas y en las profundidades marinas.

Hay evidencias de que su cultivo se hizo de forma muy temprana con técnicas que han llegado hasta la actualidad y que muestran toda una ciencia marina ligada a la economía productiva. En la época moderna, a principios del siglo XX se plantean los primeros intentos del cultivo de este molusco en Galicia, Cataluña y en el levante peninsular. Este proceso de cría controlada, tiene una rápida evolución y en la actualidad constituye un importante valor en el sector acuícola por su elevada producción que ha hecho que España se situara en primera posición en el mundo, durante mucho tiempo, puesto, que ha tenido que ceder según datos de la FAO, ante el empuje de China y Chile.

El desarrollo de esta actividad ligada a la industria pesquera, ha derivado en muchos lugares, a formar parte no solo de la economía, también a crear referencias culturales que abarcan aspectos antropológicos en aquellos lugares donde constituye una base de amplia y larga tradición.

El cultivo mediante las técnicas utilizadas,  ha dado lugar a crear espacios geográficos marinos muy reconocibles como es el caso de las numerosas bateas distribuidas en las Rías Bajas.

Actualmente, este cultivo y su recolección están sujetos a controles sanitarios para asegurar que no existe ningún riesgo en su consumo, incluso hasta frenar su venta si hay alguna sospecha de contaminación. También, a través de la política, pesquera establecida por la UE, se regula  toda una normativa para determinar su calidad y tamaño.

Al mejillón se le ha reconocido su riqueza gastronómica y su gran versatilidad en la cocina, su consumo abarca prácticamente todo el mundo, preparado en recetas adaptadas  a los gustos locales. Podemos encontrarlo preparado en vinagreta, a la marinera, en salsa, al vapor, con tomate, mezclado con ingredientes al gusto y rebozado… Se puede encontrar comercializado en conserva, muy popular en salsa americana un tanto picante y envasado al vacío.

Si mencionamos sus propiedades, podemos comprobar que son muchísimas, es bueno para los huesos y la piel, fortalece el sistema inmunológico, contiene vitaminas de los grupos B y C y muchos minerales, también Omega 3, por tanto, su consumo, está altamente recomendado incluso, se está investigando para usos médicos.

Difícil escoger que preparación recomendar, pero nos decidimos para nuestra receta, hacerlo en salsa. Siempre resulta muy sencilla su preparación y lo podemos presentar como aperitivo o entrante y también como plato del menú. A la hora de su compra, asegurarnos de su calidad adquiriéndolo en nuestro mercado de confianza y de proximidad.

Mercado del Val

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1 ½ – 2 kg de mejillones

4 puerros o 3 cebollas medianas

1-2 cucharadas de harina

1 vaso de vino blanco

Pimienta

Mostaza o soja a gusto

Un poco de zumo de limón

Aceite de oliva virgen

Sal

PREPARACIÓN

Una vez lavados los mejillones, los pondremos a hervir con un poco de agua en una cazuela. Cuando se hayan abierto, les quitaremos la concha superior o si se prefiere, las dos y los reservaremos dejándolos con un poco del caldo que han desprendido, dejando el caldo restante para añadir cuando esté hecho el sofrito.

En una sartén, rehogamos a fuego bajo, los puerros o en su caso las cebollas, que habremos cortado bien finos. Cuando veamos que ya están un poco dorados, añadiremos la harina, removiendo para que no se pegue y los demás ingredientes junto con el caldo de los mejillones. Comprobar la sal y la textura de la salsa y ya la podremos verter en los mejillones dejando mezclar los sabores durante un par de minutos con el fuego bajo.

Presentar el plato, espolvoreado con perejil fresco picado, caliente o frío, según nos apetezca.

Una receta de mercado, de elaboración fácil, que dará color y sabor en nuestra mesa.

¡BUEN APETITO !!