Empanadillas con pisto y atún

Podemos decir que la empanadilla viene a ser la hermana pequeña de la famosa empanada, una especie de torta o tortilla hecha con una masa de harina a la que se le puede dar diferentes formas y tamaños y que, se suele rellenar con todo tipo de ingredientes salados o dulces. De carne, verduras, atún, queso, frutas, hortalizas… Típica en muchos países, podemos encontrarla en sus múltiples variedades regionales, pero seguro, que al hablar de empanada, pensamos en la gallega, manjar que ocupa un lugar propio incluso, hasta en la literatura y el arte.

Su consumo se remonta a la época clásica, y en la Península era conocida ya desde el Medievo. Su fácil preparación y al ser elaborada con productos muy caseros, hizo que pronto adquiriera una difusión por todo el territorio y se convirtiera en un recurso alimentario al alcance de las economías domésticas.

Partiendo de una base de harina de maíz o trigo, que se puede presentar de forma redonda, rectangular, de media luna o en tartaletas, la imaginación se dispara a la hora de preparar el relleno. Podemos imitar la empanada del Bierzo, la gallega, el hornazo salmantino… o cualquier otra variedad local, en todas ellas los ingredientes son variados y se pueden combinar. Y si queremos pasar a las recetas internacionales, hay todo un muestrario, ya que compartimos este plato con Hispanoamérica y el mundo anglosajón. Pero la idea de comer sobre una masa de harina, se encuentra en todas las culturas desde tiempos remotos y se ha ido adaptando a las modas y a los gustos del momento. La presencia de este tipo de comida ha merecido darle un lugar destacado en el mundo culinario, así que ya celebramos el Día Internacional de la Empanada todos los días 8 del mes de abril.

La forma de prepararla, requiere disponer de la base para el relleno. Se puede comprar ya preparada en forma de obleas refrigeradas, pero su elaboración no es difícil y si nos disponemos a prepararla en casa, es un buen modo de introducirnos en el mundo de las masas. Además una vez hecha si nos sobra podemos guardarla en un recipiente hermético y reservarla para hacer cualquier otra receta.

Así, que haremos la forma pequeña de la empanada con la masa que prepararemos en casa.

 

INGREDIENTES PARA 20 EMPANADILLAS

PARA LA MASA

250-300 g de harina de trigo, si preferimos, puede ser integral

40 g de mantequilla

1 o 2 tazas de agua

Sal

 

PARA EL RELLENO

1 pimiento verde

1 pimiento rojo

1 calabacín

1 cebolla blanca

1 bote de tomate triturado de 400 g, o 3 tomates maduros

1 lata de atún

Un poco de orégano

 

PREPARACIÓN

La masa la vamos a preparar calentando un poco el agua y la mantequilla Una vez diluida la mantequilla, se incorpora la harina, el huevo y un poco de sal. Trabajamos bien la masa encima de una superficie cubierta con un poco de harina para que no se pegue, hasta que adquiera una textura homogénea y dejamos reposar unos 20 minutos. Una vez pasado este tiempo cortamos la masa en trozos pequeños y hacemos unas bolas que aplanaremos con el rodillo hasta formar la medida que queramos para cada empanadilla.

Habremos sofrito los ingredientes del pisto, cortados finos, mezclamos con el atún y dejamos reposar en la nevera. Para que la empanadilla resulte perfecta, este relleno tiene que quedar bien espeso  para que no suelte líquido y sea más fácil su colocación.

Extenderemos la oblea y pondremos un poco de relleno, doblamos y marcamos con la punta de un tenedor los bordes de la misma. Ahora escogemos cómo acabar la preparación, bien friendo las empanadillas en aceite precalentado, o al horno, colocadas encima de papel de hornear. De esta última forma quedan más ligeras y están igualmente deliciosas. Presentamos acompañadas con una ensalada verde y un bol con un poco del sofrito del relleno. Y… ¡Ya está listo para comer!

 

¡BUEN APETITO!

 

 

Estofado de carne de ternera

En el universo culinario de los estofados, el de ternera ocupa un lugar importante. Es un plato  nutritivo, económico, fácil de preparar y que permite toda una serie de combinaciones, lo que lo ha hecho muy práctico para el consumo familiar. ¿Quién no ha preparado un rico guiso de carne de vacuno?  No solo en el ámbito casero, también los mejores chefs ya lo tienen en su recetario y lo presentan muchas veces de formas muy originales adecuadas a la nueva cocina.

La carne de vacuno es una carne roja y magra que está muy recomendada en los menús semanales, apta para ser consumida a cualquier edad, una carne saludable para una dieta equilibrada que contiene vitaminas del grupo B, minerales y proteínas de gran valor biológico. Es ideal para embarazadas y personas con anemia férrica.

Es una de las carnes más consumidas en todo el mundo y algunos países de América  con una larga tradición ganadera ocupan los primeros lugares en la producción de este tipo de ganado, como Brasil, EE. UU., Argentina…

La producción de carne de vacuno en España, constituye un porcentaje importante en el sector agropecuario, en la actualidad, está altamente especializada, responde a los mejores estándares de calidad, ha incorporado la tecnología en las explotaciones ganaderas, fomenta la cría de razas autóctonas… lo que le ha permitido colocarse como uno de los principales países productores de la UE. La mayor producción se centra sobre todo en cuatro comunidades: Castilla y León, Galicia, Extremadura y Cataluña.

Importante al seleccionar la carne que proceda de un sistema de producción sostenible donde se tenga en cuenta una buena gestión de los animales así como de todo el proceso.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

1.5 kg de carne de ternera

1 cebolla

2 zanahorias

1 pimiento verde

1 bote de tomate triturado de 400 g

1 vaso de vino tinto

Patatas, setas, verduritas…

2 hojas de laurel

1 rama de romero

1 ajo

Aceite de oliva virgen

Caldo de carne

Sal y pimienta al gusto

 

PREPARACIÓN

Habremos pedido a nuestro carnicero de confianza que nos prepare la carne adecuada para guisar, él nos aconsejara de qué parte de la res, cortada en tacos, y no muy grasa, ya que a veces los niños la pueden rechazar si ven mucha veta blanca.

Enharinamos la carne, rehogamos unos minutos, reservamos. En la misma paella que hemos rehogado la carne, sofreímos la cebolla, el ajo y los pimientos cortados tipo jardinera. Añadimos el tomate mezclando bien con el sofrito y el vaso de vino. Dejamos que el alcohol evapore.

Es ahora cuando agregamos la carne, y el caldo de carne, o en su lugar, agua, junto con las hierbas, dejando a ebullición, a fuego medio durante unos 10 minutos. Cuando haya pasado este tiempo echaremos las patatas cortadas en trozos medianos y continuaremos la ebullición aproximadamente unos 30 minutos más. Comprobar que la carne esté blandita. Dejamos reposar y ¡ya se puede servir!

¡BUEN APETITO!

 

Buñuelos de bacalao

BUÑUELOS DE BACALAO

Hoy una receta muy sencilla y apropiada para estas fechas hechas con bacalao, un ingrediente que ya lo hemos utilizado en una receta, en la que explicábamos sus características en cuanto a origen, consumo y beneficios para la salud. Alimento muy versátil y de larga duración, dada su conservación en sal. Plato típico en muchas regiones peninsulares, preparado de múltiples formas. El bacalao es un pescado blanco, de temporada, con enormes propiedades alimentarias, tiene proteínas, vitaminas, omega 3… Se encuentra en los mercados fresco y conservado de distintas formas. Si lo usamos salado habrá que proceder a su desalado para eliminar el exceso de sal, y consumirlo con cierta precaución en dietas  bajas en sodio.

Las capturas en las costas europeas están muy controladas y sujetas a leyes que intentan   preservar esta pesca para las generaciones futuras, en este sentido, la UE lleva a cabo una política de control de las capturas. Es por ello que todo el bacalao que llega a nuestro país, cumple los requisitos de sostenibilidad y tratamiento.

En nuestro imaginario culinario, hay platos que presentan unas connotaciones singulares por lo que nos pueden aportar en sensaciones personales, y creemos que el de hoy, puede transmitir, recuerdos de olores y sabores muy cercanos, asociados a momentos vividos en nuestro núcleo familiar, cuando se preparaban unos ricos buñuelos.

Vamos pues, con la receta de esta semana, típica para estos días y fácil de preparar.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

400 g de bacalao desmigado o lomos. El desmigado simplifica la preparación

150 g de harina

3 huevos

1 paquete de levadura

2 ajos

Perejil

Azafrán o colorante

Aceite de oliva virgen

 

PREPARACIÓN

Tendremos el bacalao ya desalado y desmigado. Lo pondremos en un bol junto con el perejil y los ajos picados. Si es de nuestro gusto, podemos triturar todo un poco para que quede más mezclado. En el mismo bol, agregamos la harina, el azafrán, la levadura y los huevos. Mezclamos todo bien, con el robot de cocina, o a mano con un tenedor. Si vemos que la masa ha quedado un poco espesa, podemos añadir un poco de leche. Dejamos reposar a temperatura ambiente o en el frigorífico.

Al momento de freír los buñuelos, lo haremos en una sartén, con una cantidad de aceite suficiente para que se hagan bien. Iremos cogiendo con una cuchara sopera un poco de la masa que hemos preparado y la echaremos en el aceite caliente. No hay que hacer demasiados a la vez. Una vez los buñuelos estén hechos, los dejaremos reposar sobre papel absorbente para que pierdan un poco del aceite.

El resultado es muy colorido y apetitoso.

Se pueden comer calientes  fríos, como aperitivo acompañando las comidas principales…

Una sugerencia: Al día siguiente, en el momento del desayuno, con café con leche, resultan de lo más. Puede parecer sorprendente, pero el maridaje es perfecto.

-La harina podemos utilizarla de cualquier variedad

-La leche puede ser a nuestro gusto, vegetal, semi, entera…

-Se puede cambiar la levadura por cerveza

 

¡BUEN APETITO!

 

Salpicón de merluza y gambas

Un plato muy conocido que habremos consumido en alguna ocasión y que se suele presentar en celebraciones festivas como bodas, bautizos, comuniones… A pesar de la variedad de ingredientes que se pueden utilizar, resulta muy fácil de preparar y se puede dejar hecho de un día para otro. Su secreto está en saber combinar los sabores y utilizar productos de calidad y frescura.

En su origen, este plato se elaboraba con carne de vacuno picada y mezclada con diferentes verduras, como alimento para familias que podían disponer de estos productos. Esta forma se sigue utilizando en muchas regiones de nuestro país, y en territorio americano se suele preparar con carne de res deshilachada. Los condimentos y las salsas también varían en función de las costumbres culinarias.

El salpicón de carne ha derivado a introducir otro tipo de ingredientes como los frutos del mar, y en las zonas costeras peninsulares, al disponer de esa rica materia prima, se ha popularizado el salpicón de pescado y marisco y su consumo ya es más habitual incluirlo en las recetas de uso frecuente.

En nuestra receta, utilizaremos merluza y gambas, de mercado y de proximidad, así como productos frescos de la huerta, pero podemos prepararlo al modo gallego, andaluz… o de otras formas regionales, añadiendo pulpo, centollo, rape…

Un plato lleno de color y sabor que nos permite hacer múltiples variaciones según nuestros gustos, añadiendo aquellos ingredientes más apetecibles y que estén disponibles en temporada. El resultado será un salpicón rico y nutritivo.

 INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

500 g de gambas, opcional langostino

500 g de merluza

1 cebolla tierna de temporada

1 pimiento italiano grande

1 pimiento rojo

1 paquete de palitos de Surimi

4 huevos duros

2 hojas de laurel

1 cucharada grande de pimentón dulce

Perejil

Lechuga, escarola, o alguna ensalada verde de brotes tiernos

PARA LA VINAGRETA

Aceite de oliva virgen

Vinagre, opcional el tipo, puede ser aromatizado a gusto.

Pimienta y sal

Opcional, un aguacate, cortado en trocitos pequeños, combina muy bien con los diferentes sabores

PREPARACIÓN

En una cazuela, herviremos las gambas durante 2- 3 minutos. También herviremos la merluza echando en el agua las hojas de laurel y un poco de sal. Reservamos y dejamos enfriar. Quitaremos la piel de las gambas.

En un bol de tamaño suficiente para que nos quepan todos los ingredientes, echaremos las gambas cortadas, reservando unas cuantas enteras para decorar y la merluza cortada en tacos medianos para que no se desmigue demasiado. Habremos picado los pimientos y la cebolla tipo Juliana, y los añadiremos junto con los palitos de Surimi también cortados. Mezclamos todo y echamos la vinagreta removiendo con cuidado. Se puede dejar un rato para que maceren bien todos los ingredientes.

Al momento de consumir, la presentación podemos hacerla en el mismo bol, en recipientes individuales o en una bandeja, donde previamente habremos puesto una base con la lechuga cortada fina, distribuyendo el salpicón de forma homogénea, finalmente decoramos con los huevos duros cortados a gusto, las gambas enteras, y espolvoreamos el pimentón y el perejil. ¡Y listo!

¡BUEN APETITO!

Potaje de Cuaresma

¡Quién no recuerda aquellos tiempos en que la carne más o menos desaparecía de nuestras mesas! Una costumbre impuesta por mandato religioso que durante todo el tiempo de Cuaresma impedía el consumo de carne y productos derivados. Entonces había que buscar alternativas para no incumplir esta norma y el pescado se convertía en el sustituto perfecto. Pero no era nada fácil su pesca y  distribución lo que favoreció, que en las zonas del interior peninsular, sobre todo, se consumiera en salazón. Este procedimiento permitía disponer de productos de mar conservados durante mucho tiempo y el bacalao era uno de los más consumidos.

El bacalao vino a constituir la base para muchos platos y pronto se cocina junto con otros ingredientes como un potaje o guiso en los días de Cuaresma. Desde tiempos medievales existen documentos que mencionan ya la receta de lo que se llamó “potaje de vigilia” y que también conocemos como “potaje de garbanzos con espinacas y bacalao”.

Como otros muchos, surge de la necesidad de proporcionar a las familias un plato nutritivo que puede ser cocinado en cantidad y que pueda estar al alcance de las clases populares, aunque el bacalao, era considerado un producto especial, el hecho de destinarlo a un consumo en unos días determinados, lo hacía más asequible.

En la actualidad, este potaje, aún sigue asociado a la Semana Santa como un plato tradicional, seguro que recordamos a nuestras madres y abuelas preparándolo en esas fechas, pero ha pasado a ser una receta cotidiana que podemos preparar en múltiples ocasiones y que se incluye muy bien como plato invernal y de cuchara. Bacalao, garbanzos y espinacas los tres ingredientes para esta receta.

Los garbanzos son una de las leguminosas más aceptadas en nuestro país. Es un cultivo sostenible en todo el ámbito mediterráneo. Son fuente de proteínas vegetales, vitaminas, minerales, fibra… saludables para el colesterol. Un alimento muy completo que debería ser incluido en los menús semanales de adultos y niños.

El bacalao es un pescado blanco, de temporada, con enormes propiedades alimentarias, tiene proteínas, vitaminas, omega 3… bajo en grasas y en calorías.

Al incluir las espinacas en esta receta, estamos enriqueciéndola, ya que son una verdura de hoja verde con grandes propiedades nutricionales, vitaminas, minerales, fibra y un alto valor antioxidante.

Hacemos la compra en nuestro mercado de proximidad y nos aseguramos de la calidad de los productos que vamos a necesitar para elaborar esta receta.

 

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

400 g de garbanzos

400 g de lomo o tiras de bacalao seco

1 manojo de espinacas frescas, aprox. 300 g

2 cebollas

3 ajos

2-3 hojas de laurel

2 zanahorias

1 pimiento verde italiano no muy grande

2-3 cucharadas de tomate triturado

2 cucharadas de pimentón dulce

Una ramita de apio

Sal y un poco de aceite de oliva virgen para el sofrito

PREPARACIÓN

Cubrir los garbanzos con agua la noche antes, el bacalao también lo habremos puesto en remojo, previamente lavado para quitar la sal, durante uno o dos días cambiando el agua varias veces.

En una cazuela  con agua, hervimos los garbanzos junto con la cebolla, el laurel, 2 ajos y la zanahoria. Cuando hayan hervido, retiramos todo dejando sólo los garbanzos.

En una sartén sofreímos la cebolla y el ajo restantes junto con el pimiento y el apio cortados en trocitos pequeños, añadimos el tomate y removemos hasta que todo esté bien integrado. Cuando esté hecho el sofrito incorporamos el pimentón. Por último, el bacalao cortado a nuestro gusto y dejamos rehogar unos 2-3 minutos.

Tendremos preparadas las espinacas que habremos lavado, cortado y  las herviremos con los garbanzos, 1-2 minutos. Incorporamos a la cazuela todos los ingredientes con cuidado para que el bacalao no se rompa y dejamos hervir 1-2 minutos más. Retiramos y mejor dejarlo reposar un rato hasta el momento de servir.  Comprobamos la sal y podemos adornarlo con huevo duro y perejil

*Recordar, los garbanzos echarlos con el agua tibia y si se prefiere podemos comprarlos ya hervidos.

¡BUEN APETITO!!

 

Mejillones en salsa

Seguramente cuando preparamos una receta de mejillones, no pensamos que estamos cocinando un molusco prehistórico, pues, así es, ya que las costas peninsulares han sido su hábitat natural desde hace millones de años y existen numerosos testimonios arqueológicos de que los humanos ya lo recolectaban y su consumo era un importante aporte en la dieta de estos grupos primitivos.

Es un animal gregario que se encuentra en las costas de los mares templados y fríos, en zonas donde abunda el plancton, colonizando las rocas y en las profundidades marinas.

Hay evidencias de que su cultivo se hizo de forma muy temprana con técnicas que han llegado hasta la actualidad y que muestran toda una ciencia marina ligada a la economía productiva. En la época moderna, a principios del siglo XX se plantean los primeros intentos del cultivo de este molusco en Galicia, Cataluña y en el levante peninsular. Este proceso de cría controlada, tiene una rápida evolución y en la actualidad constituye un importante valor en el sector acuícola por su elevada producción que ha hecho que España se situara en primera posición en el mundo, durante mucho tiempo, puesto, que ha tenido que ceder según datos de la FAO, ante el empuje de China y Chile.

El desarrollo de esta actividad ligada a la industria pesquera, ha derivado en muchos lugares, a formar parte no solo de la economía, también a crear referencias culturales que abarcan aspectos antropológicos en aquellos lugares donde constituye una base de amplia y larga tradición.

El cultivo mediante las técnicas utilizadas,  ha dado lugar a crear espacios geográficos marinos muy reconocibles como es el caso de las numerosas bateas distribuidas en las Rías Bajas.

Actualmente, este cultivo y su recolección están sujetos a controles sanitarios para asegurar que no existe ningún riesgo en su consumo, incluso hasta frenar su venta si hay alguna sospecha de contaminación. También, a través de la política, pesquera establecida por la UE, se regula  toda una normativa para determinar su calidad y tamaño.

Al mejillón se le ha reconocido su riqueza gastronómica y su gran versatilidad en la cocina, su consumo abarca prácticamente todo el mundo, preparado en recetas adaptadas  a los gustos locales. Podemos encontrarlo preparado en vinagreta, a la marinera, en salsa, al vapor, con tomate, mezclado con ingredientes al gusto y rebozado… Se puede encontrar comercializado en conserva, muy popular en salsa americana un tanto picante y envasado al vacío.

Si mencionamos sus propiedades, podemos comprobar que son muchísimas, es bueno para los huesos y la piel, fortalece el sistema inmunológico, contiene vitaminas de los grupos B y C y muchos minerales, también Omega 3, por tanto, su consumo, está altamente recomendado incluso, se está investigando para usos médicos.

Difícil escoger que preparación recomendar, pero nos decidimos para nuestra receta, hacerlo en salsa. Siempre resulta muy sencilla su preparación y lo podemos presentar como aperitivo o entrante y también como plato del menú. A la hora de su compra, asegurarnos de su calidad adquiriéndolo en nuestro mercado de confianza y de proximidad.

Mercado del Val

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1 ½ – 2 kg de mejillones

4 puerros o 3 cebollas medianas

1-2 cucharadas de harina

1 vaso de vino blanco

Pimienta

Mostaza o soja a gusto

Un poco de zumo de limón

Aceite de oliva virgen

Sal

PREPARACIÓN

Una vez lavados los mejillones, los pondremos a hervir con un poco de agua en una cazuela. Cuando se hayan abierto, les quitaremos la concha superior o si se prefiere, las dos y los reservaremos dejándolos con un poco del caldo que han desprendido, dejando el caldo restante para añadir cuando esté hecho el sofrito.

En una sartén, rehogamos a fuego bajo, los puerros o en su caso las cebollas, que habremos cortado bien finos. Cuando veamos que ya están un poco dorados, añadiremos la harina, removiendo para que no se pegue y los demás ingredientes junto con el caldo de los mejillones. Comprobar la sal y la textura de la salsa y ya la podremos verter en los mejillones dejando mezclar los sabores durante un par de minutos con el fuego bajo.

Presentar el plato, espolvoreado con perejil fresco picado, caliente o frío, según nos apetezca.

Una receta de mercado, de elaboración fácil, que dará color y sabor en nuestra mesa.

¡BUEN APETITO !!

 

 

Marmikato de atún sabor marinero

El atún, una delicia del mar, conocido y capturado desde épocas pasadas. Resulta fascinante indagar en los orígenes de la pesca de este pez en las costas del Mare Nostrum, a través de la numerosa documentación que nos informa que ya, desde tiempos fenicios, el atún se pescaba en las costas peninsulares y constituía un importante producto en el comercio marítimo muy apreciado en salazón y como materia prima para la famosa salsa Garum.

Los griegos nos hablan de que estos peces llegaban procedentes del Atlántico, en grandes migraciones y eran capturados por el procedimiento de la almadraba, técnica pesquera que hoy, todavía se utiliza. Estas migraciones se producían todos los años y llenaban las costas mediterráneas a lo largo y ancho.

Es un producto muy buscado en las transacciones económicas pesqueras dado su gran consumo y su elevado precio en los mercados. Como la mayoría de los recursos naturales, al atún del Atlántico, ha sufrido una sobreexplotación que conducía, prácticamente, a su desaparición, lo que ha llevado a desarrollar políticas de pesca en las que se contemplan una serie de controles para su captura, fijando cuotas, épocas de pesca, tamaño, caladeros… Estos controles parecen que están ayudando a su recuperación. Actualmente, además de la pesca tradicional se practica su cría en cautividad.

Es un pescado azul de alto valor proteínico y muy indicado para la función cardiovascular y el colesterol. Contiene vitaminas y minerales y se recomienda en las dietas de adelgazamiento por su efecto saciante. Consumido en conserva, mantiene todas sus propiedades.

El plato que presentamos es típico del País Vasco, allí se hace con el riquísimo bonito del Norte, pero también era preparado por los marineros de la zona cántabra cuando salían a faenar y disponían del pescado que capturaban. Así que vamos a hacer una receta de sabor marinero en una marmita u olla que es el nombre que recibe el recipiente donde se prepara. Podemos hacerlo en una cazuela que utilicemos habitualmente en nuestros guisos. Y como siempre con productos de temporada y de tu mercado de confianza.

Mercado del Val

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

800 g de atún

1 kg de patatas

1 cebolla

1 pimiento verde

1 tomate

1 guindilla

2 cucharadas de pimiento choricero. Si no se dispone, cambiar por pimentón dulce

2 ajos

1 vaso de vino blanco

Perejil

Sal

Aceite de oliva virgen

Caldo de pescado, opcional cambiarlo por agua

PREPARACIÓN

En una cazuela, sofreímos el pimiento, la cebolla, los ajos y el tomate, previamente picado tipo Juliana, hasta que  estén un poco dorados. Añadimos  la guindilla, el pimiento choricero y el vaso de vino. Dejamos unos minutos que el alcohol evapore y agregamos las patatas chascadas o rotas mejor que cortadas, ya que este modo el almidón actúa espesando más el plato. Removemos para que las patatas cojan el sabor del sofrito y echamos el caldo dejando hervir hasta que estén cocidas. Sal a gusto

Tenemos preparado el bonito cortado en trozos, y lo echamos en la cazuela con los demás ingredientes, dejando hervir 2-3 minutos retirándolo del fuego.

Un plato nutritivo que podemos acompañar con pan para mojar en la salsa y una buena ensalada.

Servir adornándolo, si se dispone, con perejil fresco.

¡BUEN APETITO!

 

Lomo de cerdo a lo Wellington

Desde su llegada a la Península, el cerdo ha ido incorporando un proceso de adaptación a las condiciones del clima y la cría en nuestro territorio, hasta llegar a ser uno de los alimentos más consumidos. Parece ser que el cerdo ibérico procede del cruce entre el cerdo y el jabalí, animales que vivían en estado salvaje. Concretamente, el cerdo ibérico, criado en libertad en las grandes dehesas, con una dieta basada en productos naturales, ha conseguido un alto reconocimiento por su calidad en la elaboración de alimentos con Denominación de Origen.

El cerdo común criado en granjas y dirigido al consumo mayoritario, forma parte de nuestra gastronomía, ha representado uno de los sustentos básicos en las economías familiares en tiempos no muy lejanos, cuando en muchos lugares se  practicaba “la matanza del cerdo” y se guardaban sus partes, conservadas de muy diferentes maneras para tener reserva casi de un año para otro, ya que de este animal, prácticamente se aprovecha todo. En la actualidad este hecho se conserva como reclamo turístico. Y hablando de turismo… seguro que recordamos su popularidad en Florencia (el Porcellino), un símbolo cultural que todos los visitantes de esta bella ciudad desean conocer.

La carne de cerdo está considerada una carne blanca, tiene pocas calorías, un alto contenido en vitaminas del grupo B, minerales como el zinc, el fósforo, el potasio… Su consumo es aconsejable en una dieta equilibrada

El nombre de esta receta se toma de un famoso aristócrata inglés y posiblemente lo asociemos a un plato de ocasiones especiales, reservado para esos momentos, pero también podemos incorporarlo  a los menús más habituales, ya que su preparación no resulta nada complicada y el resultado final es espectacular.

En su origen esta receta se preparaba con carne de vacuno, pero su elaboración se ha ido adaptando a otro tipo de carnes. En este caso, la preparamos con carne de cerdo.

Mercado del Val

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS

1  Cinta o tira de lomo de cerdo de aprox. 1500 g. Se puede preparar también con solomillo, en este caso, estas partes, suelen  tener menos peso.

150 – 200 g. de lonchas de jamón o beicon cortadas finas. Calcular las que se necesiten en función del tamaño de la cinta.

1-2 paquetes de masa de hojaldre rectangular, suficiente para envolver la carne. Si se ponen 2 hojas de hojaldre queda más resistente.

Aceite de oliva virgen

Sal, pimienta

Opcional mostaza o soja

1 huevo

Hierbas aromáticas (romero)

PREPARACIÓN

Cuidaremos que la tira de lomo no presente demasiada grasa externa. La sazonamos con sal y pimienta por todos los lados y la rehogamos en una sartén en la que habremos echado el romero entero (puede ser una rama que luego extraeremos), de forma que quede dorada.  Antes de apartarla incorporamos 2 cucharadas de soja o un poco de mostaza para que coja el sabor. Una vez dorada la carne, la retiramos y dejamos enfriar.

Batimos el huevo y untamos la cinta por la parte superior, la envolvemos completamente con el beicon o el jamón y la colocamos encima de las láminas de hojaldre. Antes de sellarla, pintamos con el huevo el hojaldre en los extremos y lo cerramos. Con la ayuda de un cuchillo, trazamos unas líneas superficiales, con cuidado para no romper el hojaldre, haciendo una cuadrícula y repasamos la superficie con el huevo restante.

Pasamos la cinta a una fuente, y con el horno previamente caliente a 180 grados, la mantenemos durante unos 35-40 minutos aprox. vigilando que el hojaldre no se queme.

Una vez fría, se corta un trozo para comprobar si está hecha a nuestro gusto y ya se puede degustar. Seguro que el resultado ha sido perfecto.

Este plato se puede servir acompañado de puré de patatas, de champiñones, de patatas panaderas, de verduritas del tiempo tipo menestra, de compota de manzana… en fin, podemos ponerle imaginación, pero combina muy bien con guarnición variada.

¡¡BUEN APETITO!!

 

 

 

 

Ensalada templada de invierno

Seguramente asociamos ensalada con una comida fresca de tiempo cálido, muchas veces consumida como acompañamiento de otros menús y degustada en el campo o en la playa. Pero vamos a recuperar esa esencia variada y colorista que suele presentar este plato, adecuándolo al clima de estos días invernales, y para ello, que mejor que preparar una ensalada templada con ingredientes saludables que podemos variar en función de nuestros gustos.

La base de esta ensalada la constituye una hortaliza que atrae nuestra vista cuando recorremos los puestos de verduras: la col lombarda. Es una hortaliza de la familia de las coles que presenta un color violeta muy llamativo, más o menos intenso, dependiendo del grado de acidez del suelo donde se cultiva. Originaria del sur de Europa, ya era conocida por los egipcios y el mundo grecorromano no solamente como alimento, sino también utilizada en fórmulas curativas.

Incluida en la dieta mediterránea su consumo se ha generalizado, en algunas regiones se prepara como comida de Navidad y es también muy consumida en países del norte de Europa. Tiene múltiples propiedades buenas para la salud, escaso aporte calorífico, rica en vitaminas y en fibra…Se puede comer cruda o preparada hervida, al vapor, rehogada, acompañando otras verduras, con frutos secos, queso, yogur…, también riquísima como zumo.

En nuestra receta la vamos a preparar hervida al dente y enriquecida con pasas, nueces, manzanas y apio, una combinación irresistible y muy nutritiva.

Recordemos que la manzana es una fruta cultivada prácticamente en todo el mundo, muy utilizada en cocina con enormes beneficios, rica en fibra, para ser consumida con piel, con un gran efecto saciante que la hace recomendable en dietas de adelgazamiento, diurética y depurativa.

Las pasas son ricas en minerales y buenas para los huesos, ideales en las dietas infantiles. Si añadimos a la ensalada las nueces, conocidas como “la semilla de Dios” incluimos un aporte nutritivo y vitamínico. También tienen propiedades antioxidantes y son buenas para reducir el colesterol. Finalmente, completamos con el apio, aliñaremos con una vinagreta y ya tenemos un menú sano y equilibrado que podemos incluir a menudo en nuestras comidas semanales. Opcional regar con un yogur natural.

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1 Col lombarda aprox. 1-1,5 kg

1 cebolla mediana

2.3 manzanas Golden

150 g de nueces

100 g de pasas sultanas

1 rama de apio

Aceite de oliva virgen

Sal

Vinagreta (aceite, vinagre, soja )

1 yogur natural

PREPARACIÓN

Lavamos la col y la cortamos a trozos pequeños tipo Juliana. En una cazuela  con agua, la herviremos al dente, con un poco de sal (aprox. 35-40 minutos )  Cortamos la  cebolla y la  rehogamos en una paella hasta que esté pochada. Mientras, picaremos pequeñas las nueces y junto con las pasas y el apio cortado, lo incorporaremos con la cebolla, mezclando bien. Añadiremos las manzanas cortadas a cuadrados.  Aunque hemos aconsejado Golden, pueden ser de cualquier otra variedad. Las ácidas contrastan el sabor un tanto dulce de la lombarda

Una vez la lombarda esté en su punto, la escurriremos unos minutos para que suelte bien el agua y la echaremos en la paella con los demás ingredientes. Removemos bien y dejamos reposar para que los sabores se mezclen.

Tendremos preparada la vinagreta que habremos hecho con 2 partes de aceite, una de vinagre y dos cucharadas de soja. Tiene que estar bien emulsionada. La dispondremos por la superficie del plato, una vez queramos presentarlo. Si se desea, a gusto, se puede echar el yogur. También, la vinagreta y el yogur se pueden presentar en salseras, por separado, para que cada comensal se sirva.

El resultado es muy agradable a la vista por el bonito color de la lombarda, y no digamos del sabor que resulta de la mezcla de los ingredientes, tan diferentes, que se han utilizado en su elaboración.

¡BUEN APETITO!

ALCACHOFAS RELLENAS CON GAMBAS Y CHAMPIÑONES

La alcachofa es una planta de origen africano, que se cultiva en toda la zona mediterránea, en lugares de clima templado y prácticamente podemos encontrarlas en casi todas las regiones peninsulares, a lo largo de todo el año. De alta calidad y especialización, ha recibido el sello de Denominación de Origen.

Una hortaliza con una forma llamativa cuyas flores se comen y que está emparentada con los mitos griegos a través de la hermosa Cynara, lo que le otorga un matiz muy especial. No sólo es su forma la que la hace destacar, también sus múltiples propiedades depurativas y diuréticas.

Sus componentes activos son muy importantes y favorecen una dieta sana y equilibrada exenta de grasas.

Una receta ideal para esta época del año ya que podemos encontrarlas en su mejor momento, en el mercado y de proximidad. Se preparan de formas muy diferentes, solas o acompañando a otros alimentos, muy indicadas con los arroces o paellas,  a la brasa, al horno, también en conserva…

En este caso las vamos a preparar añadiendo champiñones y gambas en una receta rica y apetitosa. Las gambas mejor si son frescas, de tamaño mediano o en su caso langostinos. El champiñón podemos comprarlo ya laminado.

Todos los ingredientes mejor si son frescos y de tu mercado de confianza.

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

12 alcachofas (del mismo tamaño)

24 gambas

1 cebolla mediana

1 diente de ajo

1 bandeja de champiñón laminado

1 limón

Aceite de oliva virgen

 Sal

1 cucharada de pimentón dulce

1 hoja de laurel

ELABORACIÓN

Cortaremos los tallos de las alcachofas y los reservamos. Quitaremos las hojas externas más duras y aproximadamente 1 cm de las puntas. Pondremos las alcachofas para abajo y las aplanaremos con la palma de la mano para facilitar el vaciado de la parte interior. Con la punta de un cuchillo iremos extrayendo la parte del corazón de la alcachofa que también reservaremos. Las pondremos a hervir con sal y el limón cortado en cuatro trozos, durante unos 15 minutos. Una vez hayan hervido, las sacaremos y pondremos boca abajo para que escurran bien el agua. 

En una sartén, rehogaremos la cebolla, los tallos que habremos cortado en trocitos pequeños, el diente de ajo, la parte que hemos extraído de las alcachofas y la ramita de apio. Añadiremos los champiñones finamente cortados y la cucharada de pimentón.

Mientras hacemos este sofrito, herviremos 3 minutos las gambas, añadiendo al agua una hoja de laurel. Reservamos una parte de esta agua para echar una o dos cucharadas al sofrito. Picaremos las gambas bien pequeñas, dejando 12 enteras para decorar la parte superior de las alcachofas y las echaremos con los demás ingredientes. Removeremos para que quede un sofrito homogéneo con los ingredientes bien mezclados. Salaremos a gusto y ya podremos rellenar cada una de las alcachofas, dejándolas en una bandeja, las pondremos en el horno  unos 5 minutos a 180 grados.

Se pueden servir acompañándolas con salsa de tomate frito.

¡Una receta para gustar y presumir del resultado final. ¡Están buenísimas!

¡BUEN APETITO!